Madrid
La industria farmacéutica ha experimentado un crecimiento exponencial durante los últimos quince años, convirtiéndose en uno de los principales dinamizadores de la economía global. La apuesta por la I+D se posiciona como el factor diferencial que ha consolidado a la industria como motor de crecimiento económico y social. Se trata del sector basado en la investigación que más contribuye a la balanza comercial de la UE, con una aportación anual de 122.000 millones de euros, según datos de Farmaindustria. Según esta misma organización, la industria farmacéutica invirtió en 2020 cerca de 39.000 millones de euros en investigación y empleó directamente a unas 830.000 personas en Europa. Asimismo, la inversión en ensayos clínicos realizada por las compañías del sector en España se duplicó entre 2005 y 2017, alcanzando los 299 millones.
Durante los últimos años, el sector farmacéutico ha ido ganando peso como actor imprescindible en nuestro sistema sanitario y económico. Sin embargo, la irrupción de la pandemia del Covid-19 ha impulsado aún más su crecimiento, evidenciando que la investigación biomédica es una pieza clave para el futuro de las sociedades modernas. En este contexto de incertidumbre, la industria farmacéutica ha demostrado su capacidad de adaptación, y la cadena de suministro global de medicamentos, su resistencia.
Para impulsar el desarrollo económico y social y la búsqueda de soluciones innovadoras que satisfagan las necesidades de los pacientes, la colaboración público-privada es crucial. Desde Almirall entendemos la cooperación entre entidades como la mejor vía para lograr el éxito en la investigación biomédica ya que nos permite aprovechar y complementar nuestras competencias en investigación y desarrollo. Muestra de ello es nuestra apuesta por los modelos de innovación abierta con la plataforma llamada AlmirallShare como máximo exponente, los acuerdos activos con otras compañías para brindar soluciones innovadoras a los pacientes y nuestra participación en consorcios público-privados. Tras encadenar décadas de continuo crecimiento y consolidar su posición como sector estratégico para la creación de empleo de calidad, nuestra industria se enfrenta ahora al desafío de seguir creciendo, manteniendo su apuesta por la innovación y la producción eficiente mientras da un paso adelante en su compromiso con el cuidado del medioambiente. Sólo así conseguiremos seguir haciendo de la industria farmacéutica un gran impulsor de la recuperación global y del crecimiento futuro.
