La comunicación es el mundo que más ha cambiado en los últimos 15 años. En 2006, cuando nació elEconomista, los diarios, las radios y la televisión eran los formatos principales de transmisión de información contrastada. Internet comenzaba a penetrar en los medios como una nueva plataforma informativa. Entonces se hablaba de la sociedad de la información. Hoy se habla de la era de la desinformación.
Internet ha transformado absolutamente nuestras vidas en este período de tiempo. Ha cambiado la forma de comunicamos, el modo de informarnos, la manera de entretenernos o cómo compramos.
De la mano de la telefonía móvil y las redes sociales, internet ha construido una sociedad hiperconectada en tan sólo 15 años. La tecnología ha demostrado su poder transformador en cualquier orden, desde la familia a la empresa. La tecnología ya no es un instrumento. Es la sangre que hace palpitar el corazón de la sociedad.
En el centro de esta mutación universal están los medios de comunicación, debatiéndose entre la constante adaptación y la búsqueda de un modelo de negocio que blinde su independencia.
Llegar a todo el mundo con información contrastada, en cualquier momento y en cualquier lugar, es el anhelo hecho realidad del negocio de la noticia. En la compañía que ahora me honro en presidir, apostamos en 2006 por internet como medio paralelo al periódico para transmitir simultáneamente nuestras noticias de forma accesible a todos los públicos. Y creo, modestamente, que acertamos de pleno.
Estos 15 años no han sido fáciles. Hemos pasado dos grandes crisis económicas y una pandemia. Pero en todo momento hemos buscado ser más grandes. Tras el periódico, inmediatamente creamos la web, sorprendiendo a la competencia. Rápidamente elEconomista se extendió con portales en Cataluña, País Vasco, Andalucía, Castilla y León y la Comunidad Valenciana. Con los Ágoras, Jornadas Empresariales y los premios de La Noche de la Economía nos propusimos intensificar nuestros vínculos con la empresa, la razón de nuestra presencia en el mercado.
En 2010, lanzamos Ecotrader. Fue el primer portal de pago de la prensa económica. Once años después, este sistema de suscripción se ha extendido en los medios. También creamos herramientas de asesoramiento a la inversión como Eco-30 o Eco-10. Luego vino Ecoaula, lo que nos dio a conocer entre los futuros empresarios y directivos. Y los portales laterales, con información especializada sobre el mundo jurídico (Ecoley), motor (Ecomotor), comunicación (Ecoteuve), celebrities y realeza (Informalia), inmobiliario (Ecourban), gran consumo (Ecoretail), inversión sostenible (ESG) y próximamente salud. Estos portales complementan a una veintena de revistas digitales sectoriales, editadas cada mes por nuestros periodistas expertos en cada sector. Nuestra última aventura nos ha abierto el camino de los contenidos en audio, a través de los podcasts de elEconomista.
El hecho de que durante todos estos años estemos ocupando el liderazgo de la prensa económica online en español (segundos a nivel mundial) confirma que el desafío funcionó. Pero también corrobora que el mundo de internet varía constantemente, lo que nos obliga a no bajar la guardia en ningún momento. Supone adaptarse o morir. El ajuste constante al cambio. La rápida reacción. Esa, y el espíritu emprendedor, es la clave que nos ha guiado hasta aquí y ha permitido que elEconomista sea hoy, 15 años después, una referencia informativa en la empresa y en la sociedad española. Una marca de prestigio, veracidad e independencia, en la que confiar dentro de la espesura de internet.
Quiero dar las gracias a un equipo de profesionales con mayúsculas que visten y sudan a diario la camiseta de elEconomista con orgullo. Y, por su puesto a los lectores y anunciantes, que supieron reconocer desde el principio un proyecto y un trabajo bien hecho.