
Resulta cada vez más evidente que, ante la presente crisis climática y sus consecuencias, la sociedad en su conjunto ha adoptado una posición de cambio y transformación hacia un modelo más sostenible y responsable. A este fin responden, por ejemplo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, que marcan una ruta clara y concreta de metas a impulsar por parte de instituciones, organismos sociales y empresas.
Así, aquellos modelos basados en la economía circular, el uso eficiente de los recursos y materias primas, y el desarrollo y aplicación de técnicas y tecnologías respetuosas con el medio ambiente constituyen un paradigma a impulsar y potenciar, tanto para las compañías, como para la sociedad en su conjunto.
Una condición que Ence - Energía y Celulosa, como compañía estrechamente ligada al aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, tiene en su ADN, siendo la de la sostenibilidad en todos sus procesos una senda en la que avanza a pasos firmes y seguros. Tal es así que, recientemente, la compañía ha sumado nuevos hitos en materia de eficiencia energética, economía circular y certificación, que le han valido para consolidarse como referente en su sector a nivel europeo y continuar a la vanguardia en el suministro a la sociedad de bioproductos y bioenergía, la base de la bioeconomía del futuro.
Sin duda, el impulso a la energía renovable es uno de los pilares de la transformación hacia un modelo más verde y sostenible. La generación con biomasa aporta estabilidad y gestionabilidad al mix energético, y supone la alternativa al uso de combustibles fósiles en plantas de generación. Garantizar que todo el proceso de recogida, transporte, procesamiento y valorización de esos restos vegetales se realiza de manera responsable, eficiente y contribuyendo a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es clave para Ence, líder nacional en generación eléctrica con biomasa, y a la cabeza también en sostenibilidad en el sector.
De este modo, la biofábrica de Ence en Navia ha sido la última de las instalaciones de la compañía en superar el proceso de auditoría del esquema de verificación Sure, que garantiza la sostenibilidad de la generación renovable a partir de fuentes de biomasa sostenibles. Previamente habían logrado esta certificación las plantas de energía de Ence en Ciudad Real y Jaén, así como la de Mérida y la biofábrica de Pontevedra, siendo estas dos las primeras instalaciones de Europa en lograr dicha validación. Esta certificación asegura el cumplimiento de las exigencias de la Directiva de Energías Renovables (UE) 2018/2001 (REDII).
La compañía se sitúa de nuevo a la vanguardia de la sostenibilidad de la biomasa como fuente de energía, un camino que inició en 2017, cuando dio a conocer su Decálogo para la Sostenibilidad de la Biomasa como Combustible, una iniciativa precursora en la empresa española, puesta en marcha para garantizar una total sostenibilidad en la utilización de la biomasa y el cuidado del medio ambiente en su aprovechamiento como fuente de energía, apoyándose en los criterios establecidos por algunas de las más importantes organizaciones ambientales de Europa.

La gestión eficiente de la energía constituye una prioridad para Ence, cuya planta de Navia ha obtenido este año la certificación del sistema de gestión energética de acuerdo a la norma internacional ISO 50001 de Eficiencia Energética, que también posee la planta de Pontevedra. Tal y como refleja el resultado de las auditorías realizadas, la compañía ha implantado de manera exitosa en sus instalaciones una política de eficiencia energética, y es capaz de gestionar adecuadamente los aspectos energéticos derivados de su actividad.
Esta optimización de los procesos entronca directamente con el impulso de la economía circular que protagoniza esta compañía en todas sus plantas, tanto de energía renovable como de celulosa. En su haber está la consecución del sello Residuo Cero, que reconoce a las organizaciones que valorizan las fracciones de residuos que generan, evitando su eliminación en el vertedero.
Además, con su actividad, Ence no sólo minimiza los residuos en sus procesos, sino que contribuye a fomentar esta visión en los sectores asociados: el agrícola, con la recogida de los restos de cultivos como el algodón, el olivo o la vid; y el forestal, con el aprovechamiento de los restos de podas, talas y clareos.
Sin duda, el camino de Ence es el de trabajar para suministrar a la sociedad, dentro de la bioeconomía, aquella energía renovable y aquellos bioproductos necesarios para un desarrollo sostenible y responsable. En este sentido, la compañía apuesta decididamente por la sustitución de los materiales procedentes de fósiles por fibras naturales que, como la celulosa, son renovables, y permiten elaborar productos reciclables, biodegradables y con una menor huella ambiental.
En esa línea se ha desarrollado la plataforma de productos Ence Advanced, desde la que Ence suministra productos como Naturcell, una pasta de papel no blanqueada desarrollada en base a los criterios altamente exigentes e innovadores en materia de sostenibilidad. Como sus características principales se encuentran una menor huella de carbono, un mejor aprovechamiento de la energía y la reducción del consumo de agua en su producción. También Powercell, una celulosa de fibra corta de gran resistencia, que, junto con Closecell, una celulosa de baja porosidad, son múltiples las aplicaciones en las que estos productos pueden ser una alternativa sostenible al uso de plásticos, como bolsas y embalajes o envases flexibles para alimentos y bebidas.

Un ejemplo claro de esta visión de Ence es la alianza con PackBenefit, empresa especializada en la elaboración de envases ecológicos, que ha permitido lanzar al mercado innovadoras bandejas para uso alimentario. Este producto, basado en la sostenibilidad y la seguridad, está elaborado con fibras naturales, es compostable, fácilmente reciclable y sustitutivo del material plástico.
Se trata de un ejemplo claro de cómo los bioproductos, junto con la bioenergía, son capaces de mejorar el modelo de consumo actual y generar nuevas oportunidades de actividad y empleo en el territorio.
Bioproductos y energía renovable que dan respuestas a las necesidades y demandas de la sociedad y de un consumidor cada vez más exigente en lo medioambiental, y que contribuyen al crecimiento y desarrollo sostenible de las áreas rurales.