
Hace años era algo habitual y hasta bien visto, lavar el coche esponja y cubo en mano en la calle, algo que se convirtió en sancionable hace ya tiempo.
Ocuparse uno mismo de mantener el coche en perfecto estado era bastante corriente y la gente realizaba operaciones de mantenimiento como el cambio de aceite en mitad de la calle o en aparcamientos públicos, al igual que sucedía con el lavado del coche. Eso ya cambió hace años y realizar cualquier trabajo en un coche en la vía pública puede suponer una multa de hasta 3.000 euros, aunque hay matices. Lavar el coche en la calle puede ser motivo de sanción pero solo en determinados casos.

El artículo 4.2 del Reglamento General de Circulación explica que podemos limpiar el coche en la calle mientras no sea una vía pública y si se hace sin agua u otros líquidos que puedan provocar un deterioro de la calzada. El motivo de la prohibición es evitar el vertido de agua o sustancias que puedan ser contaminantes en la vía pública. Hacerlo "en seco" sin arrojar ningún líquido o desperdicio no debería suponer ningún problema legal.
En cualquier caso son los ayuntamientos los encargados de regular y sancionar estas prácticas. Como ejemplo tenemos el Ayuntamiento de Madrid y su ordenanza municipal de 2009 sobre Limpieza de los Espacios Públicos y Gestión de Residuos. En su artículo 14 expresa claramente: "está prohibido lavar o limpiar cualquier vehículo a motor en la vía pública, así como cambiar en la vía pública aceites u otros líquidos de los mismos o realizar cualquier reparación que pueda ensuciar la vía pública".

Si no lo limpias, también multa
Aunque parezca increíble llevar el coche demasiado sucio también puede ser sancionable si la suciedad no permite una perfecta visibilidad del conductor o entorpece el funcionamiento de los sistemas de alumbrado. En el artículo 19.1 del Reglamento General de Circulación podemos leer "la superficie acristalada del vehículo deberá permitir, en todo caso, la visibilidad diáfana del conductor sobre toda la vía por la que circule". Las placas de matrícula también deben ser perfectamente visibles, como figura en el artículo 76 de la Ley de Tráfico que recuerda la obligatoriedad de "verificar que las placas de matrícula del vehículo no presentan obstáculos que impidan o dificulten su lectura e identificación".
Acumular polvo, barro, nieve o suciedad de cualquier tipo en nuestro coche de manera que obstruya la visibilidad a través de los cristales y espejos, el alumbrado de los faros y pilotos y la identificación o lectura de la matrícula nos puede costar 200 euros de multa, mucho más que cualquier lavado.