
Tesla, el fabricante de coches eléctricos, ha sufrido este viernes un desplome en bolsa que borró el 13,90% de su valor después de que la Comisión de Mercados y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) demandase por fraude a la compañía y a su consejero delegado, Elon Musk.
Un revés por parte de los reguladores a los polémicos tuits del capitán de Tesla que el pasado 7 de agosto vapulearon a la de San Francisco, después de que Musk señalara su intención de privatizar la compañía a 420 dólares por título, lo que hubiera supuesto la mayor compra apalancada de la historia, además de recalcar que contaba con la financiación para llevar esta opulenta operación a cabo.
Según la demanda presentada por la agencia que supervisa a las cotizadas a este lado del Atlántico, la realidad fue bien distinta a lo anunciado por Musk a través de Twitter, ya que según determinaron los reguladores, Musk ni siquiera había debatido, y mucho menos confirmado, los términos clave del acuerdo, con ninguna fuente de financiación en potencia".
"Las declaraciones de Musk fueron falsas y engañosas", dijo Stephanie Avakian, codirectora de la división de Seguridad de la SEC, en una conferencia de prensa en Washington. "De hecho, carecían de base", sentenció.
Durante dicho evento, su colega, el codirector del Departamento de Seguridad de la SEC, Steven Peikin, reconoció, incluso, que el precio al que puso la acción de Tesla en su supuesta operación, 420 dólares, fue una cifra aleatoria para "impresionar" a su novia haciendo una referencia al conocido como Día de la Marihuana, que se celebra el 20 de abril.
Musk dijo que la acción "injustificada" de la SEC, que busca que el ejecutivo no pueda dirigir una compañía cotizada, le dejó "profundamente entristecido y decepcionado". El consejero delegado fue claro al asegurar que siempre actúa en beneficio de la verdad, la transparencia y sus inversores.
"La integridad es el valor más importante en mi vida y los hechos demostrarán que nunca lo comprometí de ninguna manera", afirmó. De hecho, según la CNBC, Musk rechazó en el último momento lograr un acuerdo con los reguladores ya que ello implicaría su admisión a los hechos de los que se le acusan.
El apoyo de Musk
Por su parte, el consejo de administración del fabricante de coches eléctricos arropó a su popular y carismático líder al mostrar "plena confianza" en su integridad y liderazgo. En un intento por calmar a los inversores de la compañía, que en algunos casos ya han iniciado distintos procesos judiciales por fraude contra Tesla y su máximo directivo, la compañía manifestó que su atención se centra ahora en cumplir con los objetivos de producción del Modelo 3 para beneficiar a sus clientes, sus accionistas y empleados.
Esta situación provocó el viernes la reacción de los principales analistas en Wall Street, que sopesan las consecuencias en las que puede derivarse esta situación. Brian Johnshon, analista de Barclays, advertía a sus clientes que las acciones llevadas a cabo por la SEC pueden provocar la salida de Musk de Tesla (ya sea de forma permanente o temporal) mientras la prima en la cotización de sus acciones se disipa".
Ryan Brinkman, de JPMorgan, se mostró más preocupado por la "caída de confianza" por parte de los inversores, que podría dificultar aún más la habilida de la compañía a la hora de ampliar capital "con condiciones favorables".
Musk, Trump, Icahn... tuits que mueven mercados
Dice el refrán que las armas las carga el diablo, sin embargo, de un tiempo a esta parte, menos de 140 caracteres (o 280 desde el año pasado) han sido suficientes para generar tanto el pánico como la euforia de inversores, accionistas, reguladores y líderes mundiales.
Desde hace algún tiempo, Musk se ha empeñado en tomar el testigo de manos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como el tuitero capaz de triplicar el volumen de negociación de las acciones de Tesla con un mero mensaje de menos de una decena de palabras donde expresaba su intención privatizar el fabricante de coches eléctricos.
El polémico tuit
"Estoy considerando privatizar Tesla a 420 dólares. Financiación asegurada" rezaba el tuit publicado el pasado martes a las 12:48pm hora local de la costa este del país que provocó que los títulos de la compañía llegaran a subir un 11% mientras el mercado se rascaba la cabeza intentando dilucidar su contenido.
No es para menos, ya que el comportamiento errático de Musk en la red social en los últimos meses incluye algunos episodios tragicómicos, como cuando bromeó a comienzos de abril con la quiebra deTesla, y otros algo macabros, como cuando se refirió al submarinista británico, Vernon Unsworth, que participó en el rescate del equipo infantil de futbol atrapado en una cueva tailandesa como un pedófilo.
Es por ello que las alarmas no tardaron en sonar. Mientras algunos analistas descifraban que una compra apalancada valdría aproximadamente 72.000 millones de dólares y formulaban escenarios sobre cómo costear la operación, la Comisión de Mercados y Valores de EEUU (SEC, por sus siglas en inglés) llamaba a la puerta de la de Palo Alto, California, para determinar la veracidad del contenido de su tuit.
"Al igual que con otras formas de comunicación empresarial, los tuits están sujetos a la Regulación de Divulgación Justa", señala Claudia Kubowicz Malhotra, profesora de la Escuela de Negocios Kenan-Flager, en la Universidad de Carolina del Norte. La normativa conocida en la jerga financiera simplemente por sus siglas en inglés, FD, establece que un emisor, en este caso una compañía o cualquiera de sus directivos, no puede divulgar información material a ciertos grupos, ya sea intencionalmente o no, sin distribuir la misma información a todo el mercado".
Precisamente, en 2013, la SEC se vio forzada a clarificar el marco regulatorio para incluir a las redes sociales, después de que un año antes se viera obligada a investigar al consejero delegado de Netflix, Reed Hastings, por anunciar a través de un vídeo en su cuenta de Facebook que el servicio de streaming había sobrepasado ya los 1.000 millones de horas de visualización. De esta forma, se estableció que las compañías pueden usar las redes sociales para anunciar información clave siempre y cuando los inversores hayan sido alertados sobre qué medios sociales se usarán para diseminar dicha información.
El poder de los tuits
Pero el uso de Twitter como granada de mano en términos bursátiles no es una novedad, especialmente si ponemos las miras en la Casa Blanca, donde Trump ha convertido a la compañía capitaneada por Jack Dorsey como la línea de comunicación directa con su electorado pero también empresas, directivos y otros cabezas de Estado.
"Los tuits del presidente contra empresas cotizadas mueven el precio de las acciones y aumentan el volumen de las operaciones, la volatilidad y la atención de los inversores", apunta Alexander Kurov, profesor de Finanzas en la Universidad de Virginia Occidental, quien ha analizado estadísticamente el impacto bursátil de los mensajes del republicano en contra de muchas multinacionales.
Curiosamente, el resultado de su estudio determina que el impacto en los mercados de sus tuits tuvo mucho más calado antes de tomar posesión de su cargo el pasado 20 de enero de 2017. Durante el período previo a la inauguración, sus rabietas en la red social movieron el precio de las compañías mencionadas en sus pataletas una medida del 1,14% y aumentaron el volumen de negociación, la volatilidad y atención de los inversores institucionales en 47, 0,32 y 51 puntos porcentuales, respectivamente, el día en que se publicó el tuit. Aún así, el efecto suele revertirse en cuestión de días.
Por ejemplo, el pasado abril, Trump atacó a Amazon y su fundador, Jeff Bezos, en numerosas ocasiones provocando una caída de más del 8% en los títulos de la compañía desde la publicación de su primer tuit. Sin embargo, la minorista online ha recuperado máximos históricos en su cotización y se postula como una de las compañías que seguirá la estela de Apple en toca el billón de dólares en capitalización bursátil. Casos similares han experimentado compañías como Boeing o The New York Times.
Más allá de los impulsos del presidente de EEUU, Twitter se ha convertido en una poderosa herramienta para muchos inversores, especialmente aquellos que buscan presionar a la compañías cotizadas a implementar algún tipo de cambio. El caso más evidente es el de Carl Icahn y Apple. En agosto de 2013, este activista dijo contar con una amplia posición en la de Cupertino y considerar que la compañía estaba ampliamente infravalorada. Poco después, a través de otro tuit, Icahn reconoció haber hablado con Tim Cook sobre la posibilidad de llevar a cabo una amplia recompra de acciones.
Con solo dos tuits, Icahn llegó sumar 17.000 millones de dólares a la capitalización de mercado de Apple, lo que equivale a 8.500 millones de dólares por tuit o cerca de 62 millones de dólares por carácter, incluyendo espacios, una prueba más de la influencia, al menos momentánea, que las redes sociales, especialmente Twitter, tienen sobre el mercado y los inversores.
Regresando de nuevo a Tesla, finalmente el pasado 24 de agosto Musk llegó a la conclusión de que la privatización de Tesla no era una opción viable y que la compañía se centraría en la producción del Model 3 en el corto plazo. Posteriormente se anunciaron cambios en la cúpula de la compañía, dada la espantada de directivos, como principal contable o su directora de Recursos Humanos mientras que la entrevista radiofónica en la que el capitán del fabricante de coches eléctricos pareció fumar marihuana, no invitó a reconquista la confianza del mercado en su gestión.
Algunas fechas clave del drama de Tesla
Comienzos de 2017: Musk tiene su primera reunión con el fondo soberano de Arabia Saudita. Según el CEO de Tesla, el Fondo de Inversión Pública (PIF) expresa interés en ayudar a privatizar el fabricante de coches eléctricos como una forma de diversificar su cartera de inversión dependiente del petróleo.
2 de agosto de 2018: Musk notifica al consejo de Tesla que privatizar la compañía a 420 dólares por acción, una prima del 20% con respecto al cierre de dicha jornada.
7 de agosto de 2018: El FT informa que el fondo saudí contaba con una participación de aproximadamente 2.000 millones en Tesla. Alrededor de media hora más tarde, Musk tuiteó su intención de privatizar la compañía y dijo tener la "financiación asegurada".
8 de agosto de 2018: Seis de los nueve directores del consejo de administración de Tesla emiten una declaración reconociendo que Musk había puesto el asunto en su conocimiento previamente.
10 de agosto: La primera acción por parte de los inversores de Tesla llega en forma de una demanda colectiva por fraude en un tribunal de San Francisco. Otras acciones similares llegan poco después.
14 de agosto: Tesla anuncia que consejo ha formado un comité especial compuesto por tres directores independientes: Brad Buss, Robyn Denholm y Linda Johnson Rice. La compañía dice que el comité no había recibido una propuesta formal de Musk, ni había concluido si un acuerdo de privatización sería factible o viable.
15 de agosto: Tesla recibe una citación de la SEC. Goldman Sachs suspende la cobertura de Tesla y confirma que actúa como asesor financiero "en relación con un asunto que es fundamental" para el valor de la compañía.
24 de agosto: Desde el blog oficial de la firma, Musk a anuncia que la privatización de Tesla no es una opción viable y que la compañía se enfocará en la producción del Model 3 en el corto plazo.