Telefónica ha culminado su semana más grande de los últimos años con dos acontecimientos de trascendental importancia para su futuro: confirma la compra de GVT en Brasil, valorada en 7.500 millones, y aprueba una ampliación de capital de 3.048 millones de euros que le permitirá afrontar dicha operación con relativa holgura financiera. Sus accionistas podrán acudir a la ampliación desde este sábado.
Una cosa y otra forman las caras de una misma moneda, la misma que ha situado a Telefónica como el nuevo rey de la telefonía fija y móvil brasileña. Ambos anuncios se producen precisamente un día después de que la multinacional alcanzara un acuerdo definitivo con el grupo Hutchison Whampoa para la adquisición por este último de la filial británica de Telefónica (O2 UK), valorado en 14.000 millones de euros.
Por un lado, el grupo que preside César Alierta ha alcanzado un objetivo estratégico que llevaba persiguiendo desde el siglo pasado, cuando en 1996 puso el primer pie en Brasil. Su empeño siempre consistió en liderar el negocio de las telecomunicaciones de ese país, el mayor de Latinoamérica con sus más de 200 millones de habitantes. Ese viejo sueño se ha convertido en realidad gracias a la concreción de la compra de la compañía Global Village Telecom (GVT). La compra incluye un pago en efectivo de 4.663 millones más un 12% del capital de la sociedad resultante. Además, Vivendi aceptó la oferta de adquirir 1.100 millones de acciones de la participación de Telefónica en Telecom Italia, equivalente al 5,7% de la teleco transalpina. Con este intercambio de acciones, la francesa Vivendi también recibirá una participación del 4,5% del capital de la sociedad resultante de la integración de Telefónica Brasil y GVT.
Nuevo rey de Brasil
Según datos del operador español, Telefónica Brasil cuenta con más de 100 millones de accesos tras la integración, líder de ese mercado tanto en número de clientes como por ingresos.
También, como ya se indicó el pasado verano, gracias a la compra de GVT, Telefónica generará sinergias superiores a los 4.700 millones de euros al tiempo que "mejorará el perfil de crecimiento y la flexibilidad financiera del grupo".
La adquisición de la compañía brasileña resultó ardua desde que Telefónica y el grupo francés Vivendi, propietario de GVT, acordaron la operación en septiembre de 2014. La batalla con reguladores resultó muy intensa debido a la permanente distorsión que siempre acarreó la presencia solapada de Telefónica en dos operadores rivales en Brasil: por un lado Vivo, filial del grupo español, y por otro Telecom Brasil, operador controlado por Telecom Italia, compañía donde Telefónica mantiene provisionalmente una participación del 6,7%.
El consejo de Administración del Cade, organismo de competencia brasileño, ha despejado todos sus recelos con una aprobación que ya recibió el visto bueno de los supervisores sectoriales de las telecomunicaciones.
En el comunicado difundido por Telefónica, César Alierta hizo hincapié en "la confianza y firme apuesta de la compañía por Brasil, uno de los mercados estratégicos para el crecimiento del grupo, con grandes perspectivas de futuro y en el que Telefónica ha invertido casi 55.000 millones de euros" desde su entrada en el país hace 19 años.
La capitalización de Telefónica a cierre de la sesión del miércoles alcanzaba los 62.988 millones de euros, por lo que la ampliación de capital de 3.048 millones realizada para adquirir la compañía brasileña supone un 4,76% del capital con el que contaba la teleco al cierre de la sesión, por lo que la dilución para quien no acuda a la misma será de este mismo porcentaje.
El precio de suscripción de las acciones nuevas será de 10,84 euros por acción, correspondiendo 1 euro a valor nominal y 9,84 euros a la prima de emisión. De este modo los inversores que acudan a la ampliación de capital tendrán un descuento del 19,85% sobre el precio al que ha cerrado hoy la cotización de la acción, 13,525 euros por acción de Telefónica. Lea aquí el hecho relevante de la CNMV
Inicialmente, Telefónica fijó su ampliación de capital por la compra de GVT en 3.400 millones de euros, importe que posteriormente se rebajó el 11,7%. De esa forma, el pasado 25 de febrero, el director financiero de Telefónica, Ángel Vilá, confirmó que dicha operación se cifraría en unos 3.000 millones de euros.
Mejora en el 'rating'
Moody's ha subido la perspectiva que tiene del rating de Telefónica de negativa a estable y mantien la calificación de su deuda en Baa2, el mismo nivel que establece para el Reino de España. La agencia justifica este avance por la mejoría de la coyuntura económica de España, que elevará los beneficios de la compañía y el perfil crediticio más sólido de la empresa después de que anunciara la venta de O2.
Moody's también valora la política financiera de la compañía "incluido las medidas para preservar liquidez y el programa de desinversiones de activos no estratégicos". Sin embargo, la agencia no se pronunció respecto a la operación en Brasil.