
La pesadilla parece no acabar para Samsung. Después de haber reemplazado los modelos de Galaxy Note 7 que lanzó al mercado a finales de agosto, ahora podría volver a tener que retirarlos del mercado y sustituirlos. Todo se produce después de que un Note 7 marcado como seguro se haya incendiado espontáneamente en un avión esta semana.
La ex directora ejecutiva de la agencia del consumidor de EEUU, Pamela Gilbert, ha sido clara al respecto en Bloomberg: "Si es un teléfono de los sustituidos el que ha ardido, auguro que habrá otro retiro. No suena bien".
El dueño del Note 7 que explotó a bordo del avión explicó que el teléfono se trataba efectivamente de uno de los nuevo Note 7, ya que contaba con el indicador de la batería en verde y estaba identificado en la caja. Asimismo, si se introducía el IMEI del terminal en la web de Samsung, el teléfono estaba calificado como seguro.
Eso sí, la compañía surcoreana ha explicado que está trabajando en una investigación en torno al dispositivo junto con las autoridades y la aerolínea para confirmar la causa y no será hasta que examinen el Note 7 que ha ardido no compartirán más información al respecto.
Bloomberg además apunta a que el caso del avión no sería presuntamente el único que se ha dado de una explosión de un Note 7 de los reemplazados. En concreto, la agencia explica que una cliente china dijo que su Note 7 también se habría incenciado 24 horas después de que se lo hubiesen entregado, un incidente que Samsung también estaría investigando.
Si los casos de estas nuevas combustiones espontáneas llegan a confirmarse, la compañía podría verse en la obligación de parar de nuevo las ventas del dispositivo y reemplazar otra vez los modelos ya cambiados.
Cabe recordar que Samsung colaboró con la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de Estados Unidos (CPSC, por su sigla en inglés) después de que se registrasen en el país 92 informes relativos a fallos en las baterías incluyendo 26 denuncias de incendios y 55 de daños a la propiedad, según comunicó la compañía. Finalmente, la compañía se vió obligada a retirar un millón de dispositivos en EEUU y el presidente de la división en el país pidió perdón en vídeo.