
WhatsApp ha anunciado que todos los mensajes, llamadas, fotos y vídeos que se compartan en la aplicación pasarán a estar encriptados de extremo a extremo, un tipo de cifrado de seguridad que ya tienen otras aplicaciones de mensajería como iMessage. WhatsApp se convierte así en una nueva pesadilla para el FBI.
Este tipo de cifrado lo que permite es que sólo emisor y receptor serán capaces de ver el mensaje, con lo que si por ejemplo un gobierno requiere a WhatsApp obtener información de una conversación no ​​podrá hacerlo, ya que técnicamente no podrá. Un movimiento que llega después de la batalla legal mantenida entre Apple y el FBI para desbloquear un teléfono implicado en el tiroteo de San Bernardino.
Los fundadores de la compañía han anunciado esta nueva opción de seguridad a Wired en una entrevista, en la que explican que "la construcción de productos seguros contribuye a un mundo más seguro, aunque muchas personas pueden no estar de acuerdo con esto y su relación con la ley".
Lo cierto es que la estrategia de WhatsApp va más allá de un posible requerimiento gubernamental para acceder a las conversaciones de un usuario, sino que con la previsible llegada de empresas en un futuro a su plataforma, pasa a ser clave poder guardar datos confidenciales con total seguridad.
Esta actualización de los protocolos de encriptado requerirá que los 1.000 millones de usuarios de WhatsApp tengan actualizada a la última versión de la aplicación en sus teléfonos ya que si no, no serán capaces de adoptar el nuevo protocolo y no podrán leer los mensajes.