Ford presentó este miércoles sus resultados del segundo trimestre, que recogen una ganancia neta trimestral mejor a la esperada por una menor tasa impositiva y un aumento de las ventas de camionetas en Estados Unidos, pero proyectó un beneficio antes de impuestos para 2017 ligeramente menor, lo que provocó una caída cercana al 2% en la cotización de sus acciones.
El beneficio neto aumentó un 3,7% hasta 2.040 millones de dólares durante el periodo de tres meses que concluyó en junio, lo cual se traduce en un beneficio por acción de 0,56 dólares, contra los 0,43 dólares que preveían los analistas. Apoyándose en estos resultados, el grupo automovilístico estimó un beneficio por acción anual de 1,85 dólares, contra los 1,65 dólares que había anticipado previamente.
Ford se apoyó en los descuentos al consumidor y el valor de sus vehículos no vendidos creció. La empresa advirtió que su margen automotriz operativo para todo el año y su flujo de caja serían menores que en 2016 pero dijo que la menor tasa impositiva aumentaría sus beneficios del año completo.
Pero el presidente financiero Bob Shanks dijo que la utilidad antes de impuestos de la compañía sería levemente menor a los 9.000 millones de dólares que Ford había proyectado previamente. El año pasado, la empresa tuvo un beneficio antes de impuestos récord, de 10.400 millones de dólares.
Shanks sostuvo que Ford había cancelado los planes para ensamblar la próxima generación de su modelo compacto Focus en Sudamérica. Para el mercado norteamericano, Ford anunció el mes pasado que pasaría la producción del Focus a China desde México.
Los resultados de Ford se conocen en momentos en que la industria del país se prepara para un declive, con cuatro meses consecutivos de declives en las ventas. A los analistas les preocupan los altos descuentos que están usando las automovilísticas para vender y el elevado inventario sin comercializar.
