
El último comité ejecutivo del Partido Popular, hace hoy siete días, fue largo e intenso. En el transcurso de aquella reunión Mariano Rajoy comunicó a sus cuatro vicesecretarios y a sus tres portavoces, al del Congreso, al del Senado y al del Parlamento Europeo, su intención de poner en marcha y al rojo vivo la caldera electoral de la formación liberal-conservadora con un calendario potente, con actividad intensa y muy próxima, y desterrando el anatema del miedo a Ciudadanos, y quizás rezando por que los problemas en Cataluña aflojen su intensidad, aunque sea por medio año. Otra nueva encuesta sitúa Ciudadanos como la fuerza más votada.
De ese encuentro ejecutivo quedó claro que entre los objetivos primordiales está la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, a los que el PNV les da una patada cada vez que tiene ocasión y recuerda que hasta que el 155 no se levante de Cataluña no moverán ni una pestaña para cerrar una negociación que resulta interminable.
Los populares quieren retomar las grandes reformas y ponerse en contacto con el PSOE. Pero esta voluntad también se ha visto frenada en los últimos días por los acontecimientos catalanes. Así que hay quedan en stand by cuestiones urgentes como la financiación autonómica, las pensiones, el pacto por la Educación y su defensa de la prisión permanente revisable, donde el PNV está dispuesto a derogar con la complacencia del resto de partidos y la abstención de Ciudadanos.
Así pues, la carta de los Reyes Magos parece un tanto frustrada. No es para menos. En el PP cunde la "preocupación", el "cabreo", la "decepción" y una sensación de "desgaste infinito" con las informaciones que se publican sin dar respiro al partido ni un solo día desde que arrancó la legislatura, subrayan a elEconomista distintos miembros del Partido Popular. Ni que decir tiene de las recientes encuestas, y de las que están por llegar, pero en especial la publicada por El País la semana pasada, en la que Ciudadanos alcanza la primera posición y supera en cuatro puntos al PP.
Restando gravedad a los sondeos, Génova quiere transmitir un mensaje de tranquilidad. Insiste en que no hay que sacar conclusiones ni del resultado electoral obtenido en Cataluña el 21D, ni tampoco de los trabajos demoscópicos que desde entonces vienen conociéndose. Porque en cada elección -advierten- los ciudadanos votan de distinta manera. Además, en el PP existe un organización y una estructura de partido de peso y poso, como diría Alfonso Alonso, de la que no dispone Ciudadanos. Claro que los naranjas, con menos estructura que nadie, han ganado las elecciones en Cataluña. Aunque eso ahora es lo de menos. La situación es adversa, pero los populares se sienten con muchas tablas para afrontar este reto.
De ahí la razón de ser de la convocatoria de este lunes, a una cita a la que acudirán barones, ministros, secretarios generales, vocales, senadores, expresidentes autonómicos, eurodiputados, concejales, miembros de Nuevas Generaciones. Por cierto, con tensiones entre ellos, a propósito de la labor que está desempeñando el partido, qué transmite el Gobierno, también por la falta de protagonismo y liderazgo de algunos ministros y, lo más sustancial, por la falta de política y de punch con el electorado. Claro que, prevalece el resquemor de que toda esta agitación se quede en un mero barullo interno y este lunes no llegue a verbalizarse ni una sola palabra delante de Rajoy, y a la postre todo quede en un recital de nuevos candidatos para alcaldías y CCAA, y se prescinda del debate y la catarsis necesarias para evaluar la proyección electoral más importante que tiene ante sí el Partido Popular.
Este lunes, el presidente reúne a la Junta Diretiva Nacional del PP para analizar la situación y establecer un calendario intenso con el que salir airoso de las citas electorales que se avecinan en 2019.
El gran test de 2019
Mucho se ha escrito estos días, precisamente del gran test al que se enfrentan los populares en los próximos meses, con tantos elementos adversos (PGE, nuevos juicios de Gürtel, la irrupción de Rodrigo Rato, Cataluña, la crisis del PPC, las presiones de C's, el abandono de agrupaciones del PP en Jaén que plantean irse con Rivera o formar un nuevo partido, la caída en los sondeos y, para rematar, la gestión de la nevada de la AP-6) como para empezar a tomarse en serio que "algo no funciona", reconoce a eE un dirigente popular.
Con esta foto fija, la expectación está servida. Fuentes del partido pronostican que además de un calendario repleto de actividades, Rajoy anunciará la celebración de una convención donde queden fijadas las claves de la oferta programática con la que los populares quieren presentarse a los comicios de 2019. La cuestión es frenar a Ciudadanos, especialmente en territorios en los que Albert Rivera ya tiene representación parlamentaria o municipal. En este momento, el partido naranja da apoyo a Gobiernos del PP en Murcia, Castilla y León, Madrid o La Rioja, y también respalda al PP en capitales como Granada, Málaga, Logroño, León o Burgos. En Almería, Albacete, Cáceres, Salamanca o Santander, la abstención del partido naranja permitió a los populares seguir gobernando.