Ahora mismo las dos posturas parecen irreconciliables. El enfrentamiento entre el Gobierno y la Generalitat a raíz de los sucesos del 1-O ha congelado cualquier posibilidad de diálogo que ya se encontraba muy disminuida antes del referéndum y desde hace meses. Esa imposibilidad de interlocución actual ha provocado que se hayan empezado a suceder las ofertas para una mediación.
En los tres días que han transcurrido desde el 1-O han sido cuantiosos los agentes políticos, sociales y de otros órdenes que se han postulado para, si no resolver el conflicto entre el Estado y Cataluña, sí propiciar un acercamiento entre ambos o bien rebajar la tensión para que se vuelva, al menos, a una cierta normalización institucional.
Esta catarata de ofrecimientos y posibles mediadores se ha sucedido después de que Europa mostrase su preocupación por la situación en Cataluña pero dejase el conflicto como un "asunto interno" de España que Gobierno y Govern debían resolver sin romper la legalidad vigente y sin recurrir a la violencia. Guindos: "Aceptar un mediador o arbitraje sería un peligroso para la UE".
Es por ello que agentes como la Iglesia católica se han puesto manos a la obra para enfriar la coyuntura. En los últimos días los arzobispos de Madrid y Barcelona han conversado con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. El de Barcelona, Juan José Omella, bajo el abosluto conocimiento del Vaticano, también ha hablado con el vicepresidente catalán, Oriol Junqueras. Asimismo, el líder de ERC se ha reunido también con el abad de Montserrat.
Desde la esfera política española ha sido el líder de Podemos, Pablo Iglesias, quien más ha intentado significarse en una posible mediación. Primero con la Asamblea de Zaragoza a la que acudieron su partido y los nacionalistas y después con varios ofrecimientos de mediación a Rajoy que el presidente rechazó ayer.
Sin embargo, pese a ese rechazo, Iglesias y los suyos siguen buscando nombres que puedan ejercer de mediadores entre el Ejecutivo central y el catalán. Los 'morados' mantienen contactos con la Iglesia y propugnan al arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, para este papel.Si bien el propio Osoro se ha desmarcado este jueves de cualquier tipo de mediación asegurando que estos contactos son los habituales que mantiene con las diferentes fuerzas políticas.
Desde Podemos también ven con buenos ojos al expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, informa El Huffington Post. Pese a que la designación del ex presidente socialista como mediador no gustaría a ciertos sectores de la derecha, Zapatero podría tener cierto ascendiente sobre algunos independentistas y facilitar el acercamiento. Esta propuesta de Podemos tiene el visto bueno del líder del PSC, Miquel Iceta, si bien la cúpula del PSOE, con Pedro Sánchez a la cabeza, parece descartarla por el momento debido a que Podemos le estaría quitando al secretario general el papel de mediador que pretendería tener. En este sentido se ha manifestado esta mañana el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos.
En el marco de la mesa que ayer mantuvieron Podemos, los sindicatos y los partidos nacionalistas en el Congreso, fue el PDeCAT el primero que puso con rotundidad un nombre en liza, el del ex alto cargo europeo y ex ministro socialista Javier Solana.
Otro dirigente que se ha ofrecido para mediar ha sido el lehendakari vasco Íñigo Urkullu. El mandatario del PNV quiere proyectar hacia Europa una imagen de cooperación por parte de su partido con la estabilidad y por eso se ha prestado a tender puentes. Hay que tener en cuenta que el PNV se encuentra en una posición central, ya que por un lado apoya las reivindicaciones catalanas, pero por otro lado es socio activo del Gobierno de Rajoy en materias tan decisivas con la aprobación de los Presupuestos.
Tal y como señala La Vanguardia, otras entidades de la sociedad civil como el Colegio de Abogados de Cataluña se han ofrecido a mediar en el conflicto constituyendo la Comisión Independiente para el Diálogo, la Mediación y la Conciliación, cuya primera reunión tuvo lugar ayer. Esta iniciativa ya ha tenido las adhesiones de Colegio de Economistas de Cataluña, la Universidad de Barcelona, la Universitat Autónoma de Barcelona, la patronal Pimec, la Cambra de Comerç (Cámara de Comercio catalana), los sindicatos UGT y CCOO, la Asociación para las Naciones Unidas en España y el Consell de l'Advocacia Catalana.
