
El Gobierno catalán, a través del Conseller de Presidencia Jordi Turull, ha anunciado a las 11 de la mañana que el 73% de las mesas electorales han sido constituidas y están abiertas y funcionando. Antes del arranque de la jornada, la Generalitat habría proclamado el censo universal para el referéndum, lo que permite que la ciudadanía puede votar en cualquier centro electoral habilitado para una consulta paralizada por la Justicia. EN DIRECTO | Tensa jornada de referéndum en Cataluña
Pese a las declaraciones de Turull en el centro de prensa sobre el normal funcionamiento de la votación en una de cada tres mesas, las fuerzas de seguridad del Estado han retirando urnas en varios colegios electorales, muchas de ellas ya con votos. Además, continuos cortes de internet provocados están ocasionando que no se pueda controlar adecuadamente quién vota e interrumpen el desarrollo del referéndum ilegal.
El consejero de la Presidencia y portavoz de la Generalitat de Cataluña, Jordi Turull, aseguró esta mañana en una rueda de prensa celebrada en el Centro Internacional de Prensa de Barcelona que el 73% de las mesas previstas para el referéndum están abiertas y, por tanto, tres de cada cuatro están recogiendo votos.
El portavoz de la Generalitat aseguró que la convocatoria del referéndum ha "valido la pena" e instó a los ciudadanos a seguir acudiendo a los colegios a votar de manera "cívica y pacífica".
El conseller explicó que de las 6.000 mesas electorales previstas para la celebración del referéndum ilegalizado por el Tribunal Constitucional se han podido constituir y están en funcionamiento un total de 4.661, a las que el Gobierno catalán pide a que se acuda durante toda la jornada en defensa del derecho a votar.
Turull denunció los "ataques informáticos constantes" a la web activada por la Generalitat para facilitar el voto y pidió "paciencia" a los integrantes de las mesas, que están tomando a mano los datos de los votantes, a la espera de poderlos introducir en el sistema electrónico.
El Ejecutivo catalán recuerda que las mesas electorales cuentan con un teléfono para contactar con un servicio de asistencia técnica que, aseguró, permitirá que "para cada problema haya una solución". En cualquier caso, pidió "paciencia" para resolver estas dificultades.
El portavoz de la Generalitat llamó a la comunidad internacional a que "mire con atención la conculcación y violación de los derechos fundamentales", que no es, a su juicio, "un problema interno de España, sino que es un problema de la Unión Europea".
Destacó que el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, ya ha votado y elogió "la actitud y el compromiso" de las personas que están contribuyendo a la celebración del referéndum.
La declaración del censo universal, una hora antes del inicio de la votación, fue una medida adoptada por la Generalitat ante el cierre de muchos de los 2.315 colegios electorales. El Govern pretendía así garantizar la votación de los interesados independientemente del colegio que tuvieran asignado.
"El compromiso de este Gobierno era y es hacer todo lo posible para que los catalanes puedan votar hoy en un referéndum de autodeterminación", dijo el consejero de presidencia, Jordi Turull, en su primera comparecencia matutina.
Para facilitar una votación que se ha visto alterada por las medidas policiales contra la misma, la Generalitat permite que se vote con papeletas que los ciudadanos hayan traído de casa e introducirlas sin sobres en las urnas traslúcidas que ya estaban colocadas en los centros.
Reproches a la "violencia" del Estado
Entre los distintos representantes políticos catalanes, la valoración sobre la jornada es unánime a la hora de condenar la "violencia" empleada por las fuerzas de seguridad del Estado para evitar la votación.
Así, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en su colegio electoral, donde no ha podido votar, ha hablado de "porrazos" de la Policía y de la "vergüenza" que ha provocado su actuación, dirigida por el Gobierno español. "Es injustificable el uso de la violencia por parte del Estado", ha dicho. Puigdemont ha dicho que la "violencia desmedida" de policías y guardias civiles no había frenado el deseo de votar de los catalanes en un referéndum de independencia y sólo había dañado la imagen de España en el exterior.
El conseller Turull, por su parte, ha exigido la dimisión del delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, como "responsable directo de la represión y violencia del Estado" vivida en las primeras horas de la jornada, que "sólo se recuerda de la época de franquismo".
A preguntas de los periodistas sobre el balance de heridos durante las intervenciones de la Policía y la Guardia Civil, Turull dijo que "el mundo ha visto la violencia, pero por el momento no vamos a hacer un balance precipitado, aunque lo haremos".
Denunció, además, que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han "incumplido la orden que se había dado en la Junta de Seguridad de que sólo actuarían a petición de los Mossos y no ha habido ni una petición de los Mossos para actuar". Sobre este punto, el ministro de Interior, Zoido, ha declarado que sí que ha habido una petición explícita de ayuda, por escrito, de los Mossos a las Fuerzas de Seguridad del Estado.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por su parte, ha restado importancia al resultado de la votación y al sentido de su voto. Donde sí ha puesto todo el énfasis es en señalar la responsabilidad del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en lo que se está viendo en Cataluña. Colau ha pedido la dimisión de Rajoy, ha apelado a los distintos partidos a constituir una alternativa de gobierno al PP. "Un presidente del Gobierno cobarde ha inundado de policía nuestra ciudad", ha dicho.
La alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, ha criticado también la actuación policial destinada a impedir la votación, y que ha generado momentos de tensión en varias localidades. "Lo digo bien claro: no lo perdonaré nunca".