Bolsa, mercados y cotizaciones

Las dudas envuelven los parqués: ¿Qué mercados nos traerá el nuevo año?

Se acabaron las optimistas previsiones para la bolsa, en las que se esperaban rentabilidades del 10 por ciento. Este año ninguna firma de inversión aboga directamente por la renta variable, ya que se vaticina una recesión en las principales economías, junto con el miedo a la deflación. Si usted busca en este artículo el típico reportaje navideño en el que las firmas de inversión aseguran que la bolsa va a marchar sobre ruedas el próximo ejercicio, con subidas del 10%, se ha equivocado de año, de reportaje y de analistas.

Después de un negativo 2008, en el que los índices han caído casi un 40%, los gestores y expertos se muestran poco optimistas con los meses venideros. La crisis financiera puede que no haya mostrado aún su peor cara y la banca todavía tiene que depurar los excesos de los últimos años. Ante la debilidad del pilar fundamental del sistema financiero, los expertos han decidido decantarse por la prudencia y las previsiones, tanto de la economía como de los mercados, no invitan al optimismo. "Después de un 2008 muy complicado, los inversores tampoco se verán recompensados con un 2009 más fácil". Así de concreto y preciso se muestra Trevor Greetham, gestor del Fidelity Funds Multi Asset Strategic Fund, al explicar sus perspectivas para el próximo ejercicio. La contracción crediticia en todo el mercado financiero está provocando una fuerte recesión económica. Los expertos creen que la economía de Estados Unidos se contraerá un 1 por ciento el próximo año, mientras que Europa padecerá una desaceleración que rondará el 0,6 por ciento anual. "No esperamos una recuperación del crecimiento potencial en las economías desarrolladas hasta dentro de 2 ó 3 años", comenta José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citi en España.

Y es que los analistas aseguran que la crisis de la hipotecas basura -conocida como subprime- ha hecho mucha mella en el mercado inmobiliario de EEUU y en las instituciones financieras de todo el mundo. Más de 10 entidades mundiales, con marcas tan conocidas como Lehman Brothers o Bear Stearns, han quebrado o han debido ser rescatadas, lo que ha creado una gran desconfianza en la banca y a su vez en la economía en general. Además, la débil situación financiera puede seguir pasando factura a los balances de las entidades, lo que tendrá un reflejo directo en la cuenta de resultados.

Recesión generalizada

Ante este panorama, los analistas aseguran que la mayoría de los países va a entrar en recesión tras cuatro años de crecimiento sin precedentes. "Nosotros esperamos que EEUU entre en la recesión más profunda de los últimos 25 años, impulsada por el débil consumo privado", dice UBS en sus previsiones para el próximo ejercicio.

Pero unida a la desaceleración, el mayor problema al que se enfrentan los mercados el próximo ejercicio es el riesgo de deflación. La fuerte caída de las materias primas -un 60 por ciento en menos de seis meses- ha colocado a la inflación de la zona euro en el 2,1 por ciento. En un principio, que los precios se abaraten resulta positivo, sobre todo si es consecuencia de un incremento de la productividad por la aparición de una nueva tecnología. Pero si la deflación aparece por la desaceleración de la economía y el consumo, la cosa ya es menos favorable. Ahora, por desgracia, la caída de los precios procederá de una falta de demanda.

Caída del crudo, contagio ante la crisis

Aunque las cifras de inflación actuales hacen impensable que los precios decrezcan de forma general, hay que tener en cuenta dos factores que pueden abrir la puerta a los riesgos deflacionistas en los próximos meses: la fuerte caída del crudo y la aceleración del contagio de la crisis a la economía real tras los últimos acontecimientos. Los expertos aseguran que la inflación en EEUU podría situarse en el 0,36 por ciento en 2009, mientras que en la zona euro rondará el 1,5 por ciento. "La importante corrección en los precios de las materias primas ha llevado a una rápida disminución de las presiones inflaciones que han tenido mucho que decir en 2008. De hecho, vemos ahora la deflación como un riesgo importante en 2009. En este contexto, los tipos de interés han empezado a caer y creemos que va a haber más recortes en los próximos meses", explica Sarah Arkle, responsable de inversiones de Threadneedle.

Por ahora las instituciones monetarias están poniendo toda la carne en el asador para evitar que esto suceda. Esta semana, la Reserva Federal ha bajado el precio del dinero hasta una horquilla entre el 0 y el 0,25 por ciento. Es el décimo recorte de la Fed en 15 meses. Por su parte, el BCE tiene el precio del dinero en el 2,5 por ciento y se esperan más recortes en los próximos meses. Los expertos aseguran que a favor de que no se produzca la deflación se encuentran las decisiones de política monetaria unidas al propio ajuste de los mercados.

¿Qué activos tener?

Como el panorama no es nada halagüeño los expertos recomiendan mantener la prudencia en los próximos meses. Por ejemplo, analizando la deuda pública los analistas no estiman incrementos en las rentabilidades en los próximos meses con la caída de los tipos en todo el mundo. "Dado el escenario macroeconómico, no cabe esperar notables repuntes de las rentabilidades de la deuda pública en la primera parte del año. Sin embargo, una vez se vayan disipando las incertidumbres, quedará reflejado el efecto de los diferentes paquetes fiscales sobre las cuentas públicas", explica Fortis en su informe estratégico para el próximo año.

Sin embargo, y por bajos que sean los rendimientos, los niveles actuales pueden suponer un buen colchón para las carteras. Sobre todo si se aprovechan las rentabilidades de ahora. El bono estadounidense a diez años se encuentra en el 2,12 por ciento, mientras que el de dos años está en niveles nunca vistos, en el 0,722 por ciento.

Si lo que quiere es bolsa debe saber que el panorama no es nada claro. En primer lugar, porque la industria de fondos de inversión libre está en plena liquidación de posiciones, reduciendo su apalancamiento y estrechez, lo que afectará directamente al mercado de renta variable, que es el que ahora da contrapartida. Además, como muchos hedge fund no permiten sacar el dinero hasta finales de febrero, los expertos consideran que cuando éstos empiecen a deshacer sus posiciones, los parqués seguirán sufriendo su propia penitencia, lo que alargará la difícil situación bursátil hasta el verano.

Consulte la información completa en la edición de fin de semana de diario elEconomista.

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