
Siguiendo la senda de la semana pasada, hoy los inversores se han decantado por las ventas en el mercado de deuda. En renta variable esta circunstancia ha puesto un poco nerviosos a los inversores. Así, la rentabilidad del bono estadounidense a una década, conocido como T-Note, acecha de nuevo el nivel del 3%.
Las señales de fortaleza que muestra la economía americana, unido al aumento del precio del petróleo, que cotiza por encima de los 73 dólares el barril, han elevado las tensiones inflacionistas, lo que ha provocado las ventas de los bonos soberanos de referencia de Estados Unidos (así como de los europeos que, de hecho, zanjaron el pasado viernes su peor semana desde febrero).
De hecho, en lo que va de año la rentabilidad del T-Note americano ha escalado del 2,4 al 2,97% que ronda hoy. Esto supone haber arrojado al inversor unas minusvalías por precio del 0,63% en lo que va de ejercicio. Si supera el umbral del 3%, sería la primera vez que lo consigue desde enero de 2014.
No es la primera vez que lo intenta. De hecho, el papel americano ha dado ya varios sustos en lo que va de año en su intento de acercarse al 3%. El primero fue el 14 de febrero, cuando batió el nivel del 2,9% por primera vez en cuatro años tras publicarse el dato de inflación de enero en EEUU. Pero la escalada de la rentabilidad del T-Note no se detuvo ahí. El 21 de febrero tocó su máximo en lo que va de año en el 2,95%, tras la indigestión que produjeron las actas de la Reserva Federal estadounidense (Fed) de enero, donde la institución telegrafió el mensaje de que podría acelerarse la subida de tipos.
Impulso a los índices
Pero su efecto se observa, además, en la rentabilidad media de los índices. Así, según Bloomberg, la rentabilidad de la cesta de deuda global que recoge el Bloomberg Barclays Global Aggregate Total Return Index ha alcanzado su nivel más elevado desde el año 2014.