
"Hacia el liderazgo mundial" es el título del esperadísimo plan estratégico de Siemens Gamesa, que fue presentado este jueves y es el primero desde la fusión de la división eólica de la alemana con la empresa española. Un documento que llega tres meses tarde -su publicación fue pospuesta en noviembre tras los dos profits warning- y con pocos argumentos sólidos que sostengan la pretensión de su encabezamiento. El fabricante de aerogeneradores se marca unos objetivos de margen sobre beneficios -fuertemente castigados por las caídas de los precios a nivel global- que cumplen por la mínima con lo que espera el mercado: pretende situarlo entre el 8 y el 10% en 2019 y 2020.
Este rango está en línea con las previsiones de los analistas en la parte baja y cerca del esperado para Vestas, su principal competidor y líder mundial del sector eólico, en la alta. En ningún caso se acerca al margen ebit (bruto) previo a la integración, el 11,7% de 2016, justo antes de la paralización del mercado indio -desde abril de 2017 hasta noviembre- y del arranque de la transición de la industria hacia un modelo de subastas competitivas que condena a las tarifas de contratación a ser "hasta un 50% menores", según explican fuentes cercanas a la compañía que prefieren no ser citadas.
Principalmente por esta razón, la meta de crecimiento de las ventas es más general. "Mayor ritmo que el mercado en MW (megavatios) y en euros", dice el informe elaborado por la compañía. No lo creen así los expertos, quienes estiman que los ingresos de Vestas se incrementarán un 6% entre 2017 y 2019, mientras que los de la hispanogermana se contraerán un 6% en el mismo periodo y según las mismas previsiones. La hoja de ruta tampoco ofrece cifras concretas sobre el beneficio neto, aunque la empresa se compromete a que será positivo "a partir de 2018 y en adelante". Por otro lado, en el plan estratégico queda fijado que un 25% de estas ganancias se dedicará al reparto de dividendos.
Reconfirma objetivos de 2018
Además, Siemens Gamesa confirmó este jueves los objetivos ya anunciados para este año: la cifra de negocio estará entre los 9.000 y 9.600 millones de euros al final del ejercicio, un 13% por debajo de los ingresos de 2017 en el mejor de los casos, y el margen ebit se quedará en el 7%. Guías que, aunque a regañadientes, los analistas comparten.
Esta reafirmación busca reforzar una credibilidad dañada después de avisar del severo impacto de la transformación del mercado en julio del año pasado y de verse obligada a hacerlo de nuevo en septiembre. Pero si, efectivamente, esta ratificación podría servir para restañar las diferencias con el mercado -Siemens Gamesa cae un 30% en bolsa desde el primer profit warning-, también peca de una extrema prudencia que causa confusión, puesto que la propia compañía presume de que, a día de hoy, la cartera de pedidos garantiza el 90% del objetivo de ingresos para el presente ejercicio .
Esto lleva a otra confesión, la de Miguel Ángel López, director general financiero de Siemens Gamesa, quien explica que "la mayor parte de la mejora de los márgenes tendrá que ver con los ahorros de costes".
En este aspecto, "la involucración de los proveedores" -como eufemísticamente describe Markus Tacke, el consejero delegado, al traslado de los menores precios a terceros-, los despidos -cerca de 6.000 en todo el mundo-, la deslocalización de la producción y las sinergias -que pasan de aflorar los 230 millones previstos inicialmente, a 400 millones, y en la mitad de tiempo- producirán 2.000 millones de euros en total. A esta última cifra se agarró el mercado para aupar con contundencia en el parqué las acciones de la empresa hispanogermana durante buena parte de la sesión de este jueves.
Se desinfla en bolsa
Según se acercó el final de la jornada y se hizo patente el escaso entusiasmo de las casas de análisis respecto al nuevo plan estratégico de Siemens Gamesa se fueron desinflando los ánimos alcistas. Este viernes, ha llegado a perder casi un 2%. Seguro que no ayuda la complicada relación entre la compañía y el principal accionista, Iberdrola, que ha aireado su disconformidad con la integración en las últimas semanas. Sobre el tema volvió a ser preguntado Markus Tacke este jueves, quien insiste en restarle importancia y califica a la energética española como "un accionista respetado" y como "un cliente más".
Eso sí, lo cierto es que existe ansiedad entre los inversores, gestores y firmas de inversión por volver a confiar en una compañía y en un sector donde casi nadie pone en duda que hay valor, sobre todo tras el duro castigo de los últimos meses.
Buena prueba de este desasosiego es el 5,17% que los títulos repuntaron el miércoles, después de que se hiciera pública la consecución de un contrato en Reino Unido para suministrar en exclusiva aerogeneradores para el parque offshore -en el mar- Hornsea Project Two. Esta instalación se convertirá en la mayor del mundo cuando entre en funcionamiento en 2022.
Precisamente, esta división es en la que la compañía espera un mayor crecimiento en el volumen de pedidos, del 12%, entre lo años 2017 y 2020, frente al incremento, del 5%, previsto en la de onshore (instalaciones en tierra) y del 11% en la de servicios, la que menos pesa en su cifra de negocio total, pero en la que Siemens Game¡sa consigue mayores márgenes.