
Después de un arranque de 2017 en el que los títulos de Telefónica llegaron a subir un 20% y a adelantar al sector en Europa en casi 17 puntos porcentuales, el mercado ha castigado a la teleco, llevándola a batir en menos de un punto al resto de la industria. Telefónica renueva la dirección de sus filiales en Venezuela y Perú.
Este castigo no ha estado justificado por un deterioro de las estimaciones, lo que hace que los títulos de la compañía coticen a sus múltiplos más bajos desde el año 2013. Con un PER (veces que se recoge el beneficio en el precio de la acción) por debajo de las 11 veces, Telefónica cotiza con un descuento del 25% con respecto a la mediana del sector. En estas circunstancias, la percepción de los analistas está mejorando, lo que le permite contar con una de sus mejores recomendaciones desde el año 2011 -aunque para el consenso de mercado todavía es mantener-.
Durante los últimos meses la empresa, que forma parte del Eco10, se ha visto penalizada por la situación política en España. Desde que en junio se puso fecha al referéndum del 1 de octubre el Ibex se queda 6,5 puntos porcentuales rezagado frente a Europa y Telefónica -que pondera un 8,2% en el índice- en 7,5 puntos porcentuales con el sector. Además, el ruido por las tensiones competitivas en España y otras geografías más pequeñas para la compañía -como Perú o Chile- han pesado sobre la cotización del título.
El endeudamiento
Sin embargo, los analistas comienzan a ver el horizonte más despejado. Especialmente con respecto a su apalancamiento, que ha sido una de las preocupaciones del mercado desde que se frustró la venta de O2 a Hutchison. "Pensamos que los temores sobre el endeudamiento están comenzando a aliviarse. Eso no quiere decir que el balance de Telefónica tenga flexibilidad, pero hay menos atención y preocupación toda vez que hemos visto una reducción consistente del endeudamiento en los últimos trimestres", explican en Citi.
A cierre del tercer trimestre la deuda neta de la compañía se situaba en los 47.222 millones de euros, casi 2.300 millones menos que 12 meses antes. Además, el cierre de la venta del 40% de Telxius a KKR permitiría acelerar el adelgazamiento del pasivo en 1.275 millones adicionales.
Dos decisiones clave tomadas por José María Álvarez-Pallete tras su llegada a la presidencia fue borrar el objetivo de situar la ratio deuda/ebitda en 2,35 veces este año y recortar el dividendo. Estas decisiones se enmarcan en una estrategia para reducir la deuda de manera orgánica, aunque sin renunciar a la venta de activos si se dan las condiciones de mercado óptimas.
En este sentido, el consenso espera que la compañía acabe el ejercicio con un apalancamiento de 2,9 veces, que el año que viene lo rebaje a 2,8 veces y que en 2019 caiga a 2,6 veces. Si Telefónica hubiese mantenido su dividendo -de 0,75 euros- y pagara completamente en efectivo tendría que desembolsar cerca de 3.900 millones al año, en contraste con los 2.077 millones que reparte con los 0,4 euros por acción -que rentan un 4,7%-.
A día de hoy los analistas estiman que la compañía genere un flujo de caja libre de 4.000 millones el año que viene, lo que le permitiría con la política actual de retribución -la empresa no prevé cambiarla en el corto plazo- reducir el apalancamiento de manera orgánica en casi 2.000 millones.
La política de inversión
Otro de los puntos que permitirá a la firma mejorar su situación es que gran parte del esfuerzo inversor ya se ha realizado en los últimos años. Según datos de Telefónica, 18,6 millones de hogares en España tienen desplegada una red de fibra, lo que sitúa al país como líder indiscutible en Europa. Esta cifra supone superar el número de hogares que sumarían Francia, Alemania, Italia y Reino Unido y de cara a 2020 la teleco espera haber alcanzado los 25 millones de casas.
"Telefónica está en una posición sólida en un mercado competitivo como el europeo y su inversión en fibra implica un riesgo de inversión en el futuro menor que la media", reflexionan en Berenberg.
De hecho, entre 2012 y el tercer trimestre de 2017 la compañía ha invertido 54.000 millones de euros en todas las plataformas y el espectro. Esta política hizo que la inversión en bienes de capital sobre los ingresos entre 2014 y 2016 se situase en el 17%, muy por encima del 13-14% que destinaba habitualmente.
"Creemos que hay tres palancas para incrementar el flujo de caja libre para la compañía. El recorte de costes, donde la empresa tiene un sólido track record en España, la caída de la inversión, no solo en España, también en Latinoamérica, donde ha invertido más que sus comparables, y la refinanciación", explican desde Goldman Sachs.