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Warren Buffett tiene 100.000 millones para una pieza de caza mayor, pero no la encuentra

  • El Oráculo de Omaha se "entretiene" con piezas de 300 millones de dólares

Que a Warren Buffett le gusta ir de caza es algo sobradamente conocido en el mundo. Y más le gusta cuanto mayor es la presa. El Oráculo de Omaha es uno de los grandes cazadores del mundo de los negocios, y cuando apunta a una empresa suele ser para presumir de trofeo.

No en vano, la escopeta que tiene con Berkshire Hathaway le permite poner en su punta de mira grandes inversiones. Sin embargo, pese a tener 100.000 millones de dólares en la recámara, Buffett se está teniendo que conformar con piezas menores, puesto que no encuentra una presa que adorne su ya más que adornada pared de trofeos.

Este lunes se conoció que el multimillonario -a través de Berkshire Hathaway- hizo una apuesta de 377 millones de dólares en Store Capital, un REIT -real estate investment trust, similar a las socimis españolas- especializado en la compra y alquiler de viviendas. A esta transacción le precedió un acuerdo de similar calado por la canadiense, Home Capital Group. Pecata minuta para Buffett.

El imprimatur de Buffett como uno de los inversores más reconocidos del planeta disparó el valor de ambos negocios, lo que ha permitido a Berkshire obtener beneficios rápidamente. Sin embargo, este tipo de operaciones no resuelven el desafío que enfrenta la cartera de Buffett. Su firma guarda una cantidad ingente de efectivo, una cantidad récord.

"Los accionistas están especialmente preocupados por saber lo que Buffett hará con los 100.000 millones de dólares que guarda en su billetera", advertía David Rolfe, un gestor de fondos que supervisa unos 6.500 millones de dólares, incluyendo acciones de Berkshire. Buffett pierde el miedo a la tecnología: Apple ya es el tercer valor más importante de Berkshire Hathaway.

Durante las últimas cinco décadas Buffett ha construido su imperio sobre una estrategia de expansión basada en cerrar transacciones cada vez más grandes. Y ya llueve desde el último gran disparo. El último acuerdo de espectaculares dimensiones -una adquisición de 32.000 millones de dólares de Precision Castparts, un proveedor de la industria aeroespacial- fue anunciado en 2015. Desde entonces, los beneficios de las decenas de empresas operativas de Berkshire como la compañía ferroviaria Burlington Northern Santa Fe (BNSF) o la aseguradora de automóviles, Geico, han vuelto a llenar las arcas del magnate.

Esta situación llevó a Warren a anunciar a los accionistas de Berkshire en la reunión anual, celebrada el pasado mes, que estaba listo para cerrar un importante acuerdo y que no esperaría sentado sobre el efectivo para siempre. Quiere disparar.

El multimillonario ha sido siempre reacio a pagar dividendos, y rara vez lleva a cabo programas de recompra de acciones alegando que puede aportar mayor valor para sus accionistas reinvirtiendo los fondos de nuevo en su negocio o haciendo nuevas inversiones.

Tales son sus ganas de invertir y su convencimiento en que lo hará que Buffett avanzó en la reunión del 6 de mayo a sus accionistas que "no existe manera alguna en que pueda volver dentro de tres años y decir que tenemos 150.000 millones o así en efectivo".

Disfrutando de la caza menor

Una cosa que quede clara, a pesar de que las últimas piezas que se ha cobrado el Oráculo de Omaha no hayan sido de renombre no han dejado de ser rentables para los inversores, ya que los términos en que se cerró el acuerdo siguen siendo muy atractivos, y seguramente no tomaron mucho tiempo de Buffett. Llegar, apuntar, disparar y pieza para cenar.

En ambos casos, el multimillonario confió en uno de sus directores de inversiones adjuntos, Ted Weschler, para estudiar la oportunidad y resolver los detalles. Fácil. Los gerentes del capital son una parte clave del plan de sucesión en Berkshire. Buffett, de 86 años, ha señalado en varias ocasiones que tanto Weschler, de 56 años, como Combs, de 46 años, supervisarán todas las inversiones de la compañía y ayudarán al próximo ejecutivo con adquisiciones.

Berkshire, bombero financiero

"Estos acuerdos parecen una práctica de bateo para Ted y Todd", dijo Rolfe para explicar la sencillez de las operaciones. En el caso de Home Capital, hay además otro beneficio: el acuerdo relanza la reputación de Berkshire como bombero financiero. Además de pagar 400 millones de dólares canadienses (unos 300 millones de dólares) por las acciones de la compañía, Buffett acordó extender una línea de crédito de 2.000 millones de dólares.

La financiación ayudó a apuntalar la confianza en Home Capital, que había sido golpeado por los vendedores a corto que han pasado años cuestionando su suscripción y gestión. El prestamista además se enfrentaba a una oleada de retiros de capital de sus cuentas de ahorro. "El objetivo era apagar las llamas", explicó David Sims, co-gerente del Eagle Capital Growth Fund, que tiene acciones de Berkshire. La inversión ayudó a "estabilizar las cosas".

Mientras tanto, Warren Buffett ya prepara su próxima gran cacería.

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