
Nuevo terremoto para Banco Popular. Si los títulos de la entidad ahora presidida por Emilio Saracho se sitúan al borde de los mínimos marcados durante la crisis que se desató tras constatar el mercado que su ampliación de capital de 2.500 millones de euros de 2016 no era suficiente, los bonos convertibles tampoco viven un momento mucho más fácil. ¿Una entidad financiera puede impagar los cupones de los bonos convertibles?
Popular tiene emitidos dos CoCos por valor de 1.250 millones de euros. La particularidad de estos bonos consiste en que se convierten en acciones una vez que la ratio de capital de la entidad emisora baja de un nivel determinado. En el caso de la española son dos emisiones. Una de 500 millones del año 2013, que se convertiría en capital si la ratio CET 1 phase in cae por debajo del 5,125%. La segunda es de 750 millones de euros del año 2015 y la conversión se produciría si esta misma ratio se sitúa por debajo del 7%. A día de hoy aún se encuentra bastante por encima, en torno al 10%.
Esto se convierte en un balón de oxígeno para la entidad, que obtendría una inyección de capital cuando más lo necesita, pero es una amenaza para los propietarios de los títulos -en caso de convertir la deuda se produce una dilución para el tenedor de acciones, por lo que estos caen- y de la deuda.
Con las permanentes caídas sufridas por la entidad -es el valor más bajista del Ibex, al retroceder algo más de un 28% en lo que va de año-, la capitalización de la misma se queda por debajo de los 2.750 millones de euros. Con esta ecuación, si los 1.250 millones de euros que hay de CoCos en circulación se convirtiesen en acciones, los tenedores pasarían a controlar algo más del 31% del capital del banco.
La rentabilidad se dispara
La rentabilidad exigida a la deuda subordinada de Popular en el mercado secundario se ha disparado hasta máximos históricos. En la emisión de 2013, cuyo cupón es del 11,5%, el rendimiento se ha elevado hasta el 16%, y por precio los inversores pierden ya casi un 30% del valor. En la emisión de 2015 la rentabilidad se ha ido a la zona del 14% y las pérdidas latentes para el bonista se acercan ya al 40%.
En principio, los CoCos son un activo al que no puede acceder el inversor minorista, por lo que la mayor parte de estas emisiones deben estar en carteras de fondos. Aún así, fuentes próximas a la entidad explican que también fueron colocados a clientes de alto patrimonio de Popular.
Los prospectos de emisión de este tipo de deuda están hechos para que no puedan ser ofrecidos al inversor minorista, lo que genera una dificultad para los institucionales que cuentan con este producto en su cartera, ya que la liquidez de la que disponen es muy restringida.
En el caso de las emisiones de Popular, el principal tenedor es Allianz -si bien lo hace a través de sus gestoras Pimco y Allianz Global Investors of America-. La aseguradora alemana tiene el 30,43% de la emisión de 750 millones de euros. En el caso de la de 500 millones de euros tiene bajo su control algo más del 18%.
La primera llegó a alcanzar un valor de 260 millones en abril del año 2015 y ahora este se reduce hasta los 139 millones. El de la segunda, por su parte, se ha reducido desde los 250 millones tocados a finales del año 2014 hasta los 63 millones de euros.
En cualquier caso, según explican fuentes de la compañía, no es una inversión que afecte directamente a la aseguradora, sino que se trata de inversiones que se han realizado a través de diversos fondos de sus gestoras.
Otro de los grandes afectados por lo que pase con los bonos convertibles de la entidad es BlackRock. La gestora norteamericana cuenta con un 6,18% de la emisión realizada en el año 2013, siendo el tercer interesado por detrás de Lord Abbett -que tiene el 6,46%- y Allianz, siempre según los datos recogidos por Bloomberg. Además, tiene una participación del 2,4% -que alcanza un valor de 11 millones de euros- en el convertible emitido en 2015.
El riesgo es que estos tenedores hagan el mismo movimiento que ya hicieron con Deutsche Bank. La táctica empleada fue ponerse bajistas en la entidad, para recuperar con la presumible caída de los títulos las pérdidas por los bonos.
Si la rentabilidad exigida por los inversores a la deuda convertible de Popular se ha disparado hasta máximos históricos, los seguros contra el impago de la misma también se han elevado, aunque no han alcanzado su cota más alta de la historia. El Credit Default Swap (CDS) de la entidad se ha elevado hasta los 311,14 puntos, situándose en máximos no vistos desde el arranque del pasado ejercicio.
Para asegurar un millón de deuda de Banco Popular se necesitarían 31.114 euros, frente a los menos de 20.000 que se llegaron a exigir a comienzos del año. Así, tiene el dudoso honor de ser la entidad española en la que es más caro cubrir el impago de sus bonos.
Los cambios en la estructura accionaria
En caso de que la deuda convertible de Popular pasase a ser capital, la estructura accionarial del banco sufriría un vuelco. Los bonistas pasarían a controlar casi un tercio del banco y los principales accionistas del banco sufrirían una dilución del 31,3%.
La Sociedad General Financiera y Fiduciaria -la sindicatura de accionistas- pasaría de tener bajo su control un 5,2% del banco a tener solo el 3,6%. La autocartera caería al 1,5%.