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La reforma fiscal del ETF no se materializará hasta 2018

  • Podría incluirse en los próximos Presupuestos Generales

La que va camino de convertirse en la mayor reforma fiscal de la industria de fondos de las últimas décadas (que todos los ETFs se traten fiscalmente como fondos y no como acciones y, por tanto, puedan traspasarse sin coste fiscal) no será una realidad hasta 2018. Así lo explican fuentes parlamentarias, que confiesan que, en estos momentos, la decisión no está encima de la mesa.

Después de una consulta en la que se autorizó este tratamiento (cotizar como fondos) para los ETFs comunitarios no cotizados en España, es la Dirección General de Tributos el organismo que debe manifestar públicamente cómo se regula este producto, ya que muchas instituciones como Inverco piden que tanto los comunitarios como los españoles tengan el mismo tratamiento. Desde el organismo, eso sí, justifican que, de momento, con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, no ha sido un tema que se "haya abordado especialmente". Y sobre su posible reforma, dicen, todavía "no hay novedad".

Según comentan fuentes cercanas al Gobierno, solo exísten dos alternativas por las que se podría cambiar su fiscalidad. La primera sería incluir la modificación en la Ley del Sistema Financiero que se aprobará en verano (probablemente entre junio y julio), aunque no entraría en vigor hasta 2018. Y la segunda opción sería incluirlo en los Presupuestos Generales del Estado del año que viene. "Son las dos únicas vías", explica Miguel Ángel Bernal, profesor y coordinador del departamento de Investigación del IEB. Y entre ambas, la más apropiada para Bernal sería "sacarlo en los Presupuestos Generales", ratifica.

Una propuesta 'parada'

En realidad, esta posibilidad de cambio está encayada en Tributos desde que, a mediados del mes de febrero, se produjera una reunión entre la Asociación Bancaria Española (AEB) y el Ministerio de Hacienda, a la que también asistieron otros representantes del sector, en la que se pidió, según fuentes de la industria, que se anule vía cambio de ley la posibilidad de que los ETFs tributen como fondos.

"Por parte del sector no hay ningún interés de que salga porque viene Mifid II" (la nueva normativa a nivel europeo), critica Bernal. Las mayoría de gestoras nacionales "no tienen ETFs porque les interesa cobrar comisiones, y si los tuvieran las tendrían que bajar", justifica.

No obstante, la versión oficial es que ese cambio de tratamiento del ETF implicaría unos cambios radicales en las plataformas y muchos problemas técnicos. Uno de ellos es que se desconoce a qué precio se traspasaría el ETF ya que, en el caso de los fondos, el bróker tiene todas las órdenes a un mismo precio, que es el valor liquidativo al cierre de la sesión. Sin embargo, en los ETFs, al cotizar como acciones, cada inversor puede entrar y salir a un precio, por lo que al final de la sesión el operador tendría que ejecutar centenares o millares de órdenes a distintos precios.

El éxito de la gestión pasiva

En cualquier caso, la realidad es que la gestión pasiva está en pleno auge. Las gestoras extranjeras han captado 4.855 millones de euros en lo que va de año, una cifra muy similar a los 6.113 millones que lograron los fondos españoles y que supone que solo en este primer trimestre las gestoras extranjeras han captado más que todo el dinero que entró en 2016 (3.195 millones). Pues bien, 1.597 de esos 4.855 millones que han entrado en la industria extranjera en España han ido a este tipo de productos -ver gráfico-.

Unos vehículos que, pese a su escaso uso por parte de inversores particulares, ganan cada vez más adeptos entre los institucionales. Más en un contexto en el que la entrada en vigor de Mifid II se espera que dispare la demanda de carteras gestionadas y fondos de fondos que tenderán a incluir productos de bajos costes para maximizar sus márgenes.

Sin embargo, el éxito de los ETF no es ni mucho menos exclusivo del mercado español. Hace una semana Fidelity anunció que entraba en el negocio apostando por los fondos smart beta, los más activos dentro de la gestión pasiva, y ayer Invesco anunció la adquisición de la plataforma de ETFs Source, que gestiona 18.000 millones de euros, en una operación que, según apunta Martin L. Flanagan, presidente y consejero delegado de Invesco, ?mejorará significativamente nuestra capacidad para ofrecer soluciones útiles para clientes minoristas e institucionales en Europa y en el resto del mundo?. Operaciones ambas que demuestran el interés de las gestoras activas por ganar cuota en el mercado de ETFs.

Aunque la gestión pasiva está siendo la gran ganadora de este 2017 en España, las gestoras extranjeras también han conseguido flujos netos para sus fondos de gestión activa en nuestro país. En concreto, y según los datos de Inverco, las suscripciones netas en productos mixtos, de renta variable e incluso de renta fija han ascendido a 998 millones, 968 millones y 974 millones, en cada caso.

M&G recupera el quinto puesto

El podio de gestoras extranjeras en España permanece sin cambios en el primer trimestre de 2017 con BlackRock, JPMorgan AM y Deutsche AM a la cabeza. En puestos inferiores sí ha habido algunos cambios en el ránking. Mientras Amundi mantiene su cuarta posición, M&G ha sustituido a Fidelity como la quinta mayor gestora extranjera en nuestro país, dejando a esta última como la sexta.

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