
El índice general de la bolsa de Shanghái, el principal indicador de los parqués chinos, se hundió hoy un 6,42% (188,73 puntos) y acabó en 2.749,79 enteros. Con estas caídas, el Shanghai Composite está en mínimos de 13 meses, con unos inversores preocupados por la salida de capitales del país y temerosos de que haya problemas de liquidez en la economía china. En Japón, el Nikkei también cerró con descensos del 2,34%.
El descalabro bursátil se produjo a pesar de que el Banco Popular de China anunció que había inyectado en el sistema financiero un total de 440.000 millones de yuanes (67.000 millones de dólares, 62.000 millones de euros), su mayor movimiento diario mediante operaciones en el mercado desde febrero de 2013.
Las inyecciones de hoy llegan después de las tres que realizó la semana pasada y que en conjunto buscan garantizar que las entidades de la segunda economía mundial dispongan de liquidez para las vacaciones del Año Nuevo lunar (8 de febrero), en las que se prevé un aumento del consumo.
El banco central chino canalizó el efectivo a través de dos tipos de acuerdo de recompra inversa (también conocidos como "repos"), un instrumento por el que se venden valores condicionados a un acuerdo para recomprarlos en una fecha posterior.
En concreto, el ente emisor concedió 360.000 millones de yuanes (55.000 millones de dólares, 50.600 millones de euros) en "repos" a veintiocho días y otros 80.000 millones de yuanes (12.200 millones de dólares, 11.200 millones de euros) en "repos" a siete días.
"Es un problema de confianza y no hay nada de confianza en el mercado ahora. La depreciación del yuan y la ralentización de la economía han estado persiguiendo al mercado durante un tiempo. Estamos a menos de dos semanas de los festivos y parece que la mayoría de inversores no está de humor como para operar", explica a Bloomberg el gestor de fondos Wu Kan, de JK Life Insurance.
Cuatro inyecciones de liquidez
Desde que el 19 de enero se dio a conocer que el crecimiento del PIB de China en 2015 fue del 6,9%, su cifra más baja del último cuarto de siglo, el emisor ha llevado a cabo cuatro inyecciones de liquidez.
Ya el 19 de enero introdujo alrededor de 600.000 millones de yuanes (91.000 millones de dólares, 84.250 millones de euros) a través de tres canales: "créditos permanentes", "créditos a medio plazo" y "préstamos suplementarios con garantías".
Un día después realizó una nueva inyección de 150.000 millones de yuanes (22.900 millones de dólares, 21.200 millones de euros) en el mercado monetario mediante operaciones a corto plazo.
Finalmente, la jornada siguiente inyectó otros 400.000 millones de yuanes (60.800 millones de dólares, 56.000 millones de euros) a través de "repos" a siete y veintiocho días. El banco central chino suele dar liquidez al sistema financiero en vísperas de las vacaciones del Año Nuevo lunar, la principal festividad del país.
Sin embargo, las inyecciones que se han producido este año son muy superiores a las de los últimos ejercicios, ya que en 2015 únicamente introdujo 80.000 millones de yuanes 12.200 millones de dólares, 11.200 millones de euros).