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La Fed no subirá tipos hasta 2011, según Bill Gross

El gurú de los bonos, el gestor del mayor fondo de deuda del mundo (Pimco), Bill Gross, asegura que la Reserva Federal no subirá los tipos a lo largo de 2010 como todo el mundo espera, sino que el alza no llegará hasta 2011 porque el crecimiento y la inflación se mantendrán débiles durante todo el año.

"El output gap (brecha entre el crecimiento real y el potencial) y la inflación subyacente probablemente van a seguir bajando en los próximos 12 ó 14 meses. Si eso es lo que ocurre, y si el paro se mantiene cerca del 10%, entonces no habrá ninguna razón para que la Fed empiece a subir los tipos", argumenta en una entrevista con la CNBC.

Hay que tener en cuenta que la opinión de Gross es interesada, puesto que a él le interesa vender esa idea para que la gente no piense que van a bajar los precios de los bonos con las subidas de tipos y deje de invertir en su fondo. No obstante, reconoce que, aunque no suban los tipos, la retirada de los estímulos extraordinarios hará subir la rentabilidad (bajar al precio) del bono a 10 años entre 0,30 y un punto porcentual entero.

"Si este dinero desaparece, pese a que he estado recomendando a la Fed mantener estos programas, entonces los tipos de los bonos pueden subir esos 30 ó 40 puntos básicos en los próximos tres a seis meses", admite.

De hecho, la propia Fed tiene dudas sobre la retirada de estos estímulos. Las actas de la última reunión, conocidas ayer, muestran que algunos miembros del Comité de Mercado Abierto temen que la retirada del apoyo gubernamental puede acabar con la frágil recuperación del mercado inmobiliario. Algunos incluso piensan que la Fed debería incrementar sus operaciones de compra de activos en vez de reducirlas.

Además, las actas revelan que el banco central no confía en una reducción del desempleo desde las tasas actuales durante bastante tiempo.

Los argumentos de Bill Gross tienen lógica y podrían evitar la debacle de los bonos que casi todo el mundo espera en 2010. Y al menos se merece el beneficio de la duda: sus pronósticos optimistas se cumplieron en 2009, que ha sido un año excelente para los bonos pese a que casi nadie los recomendaba.

Habrá que ver si dicho argumentos se imponen a la necesidad de colocar ingentes cantidades de emisiones para financiar el déficit público... ahora que la liquidez de los bancos centrales ya no es ilimitada, lo que debería hacer que los inversores exijan tipos más altos. Por no hablar de la temida emergencia de presiones inflacionistas fruto del exceso de estímulos monetarios durante demasiado tiempo. Lo que es innegable es que 2010 va a ser un año apasionante para el mercado de deuda.

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