Las autoridades federales se están preparando para presentar cargos contra una serie de redes dedicadas al tráfico de información privilegiada, algunas de ellas relacionadas con el caso de insider trading destapado la semana pasada en Galleon, un hedge fund que defraudó 20 millones de dólares de grandes empresas como Intel o Google. Raj Rajaratnam, del hedge fund Galleon, es acusado de financiar a los Tigres Tamiles en Sri Lanka.
Las duras medidas que se espera que tomen las autoridades, basadas en indicios y pruebas recabadas en dos años de investigación, afectarían a profesionales de la inversión, incluyendo gestores de hedge funds, abogados y otros agentes de mercado que operan en Wall Street, según fuentes cercanas al proceso.
Algunas de esas evidencias recabadas, sobre todo las que acusan a Raj Rajaratnam, el billonario manager del Galleon, se lograron mediante intervenciones telefónicas. Otras, se consiguieron mediante un proyecto secreto que la SEC puso en marcha para localizar a operadores que realizaban operaciones similares a las que descubireron al Galleon.
¿Van a disparar contra el rey?
Esto muestra las tácticas cada vez más agresivas que se están utilizando para poner en evidencia comportamientos ilegales, ya que resulta muy complicado demostrar si los aciertos sostenidos de un gestor se deben a su buen hacer y la calidad de los sistemas informáticos que utiliza, o cuenta con información privilegiada.
"Si vas a disparar al rey, lo mejor es que dispares a matar. Es decir, que si vas a ir a por un multimillonario, tienes que tener el mayor número de pruebas incriminatorias posibles", explica Bradley Bennett, abogado del bufete Baker Botts y antiguo investigador de la SEC.
Sobre todo, en un país como Estados Unidos, en el que el dinero marca la diferencia entre una buena y una mala defensa en un juicio.
Un equipo bien conectado
Raj Rajatnam, que fundó la firma de fondos de inversión libre Galleon Group en 1997, fue arrestado la semana pasada junto a otros cinco socios, todos acusados de conspiración. Según los investigadores de la SEC, es la mayor red organizada de tráfico de información privilegiada que se ha destapado en la industria en Estados Unidos.
De momento, las pesquisas inculpan, además de al hedge fund Galleon, a una agencia de rating (aún no ha trascendido cual y quién es el acusado) y empleados de compañías como Intel, la consultora McKinsey & Co e IBM.
Precisamente, ayer IBM anunció que ha suspendido de empleo y sueldo a Robert Moffat, ejecutivo de la firma y uno de los presuntos partícipes en la trama.
Tecnología al servicio de la ley
Muchos de los casos de insider trading se han descubierto gracias a las nuevas tecnologías.
El último proyecto secreto de la SEC utilizó un software muy avanzado que comprobaba millones de operaciones de los mercados para detectar grupos que realizaban operaciones justo antes de conocerse noticias corporativas importantes. Este método empezó a rendir sus frutos más importantes el pasado febrero.
Entonces, el regulador presentó cargos contra dos consejeros expertos en fusiones de UBS y Blackstone por participar en un caso de insider trading de 8 millones de dólares. Y aunque el caso de Rajaratnam se terminó de fraguar mediante escuchas telefónicas, otro de los métodos que está autoirzada a usar la SEC en los últimos tiempos, precisamente empezó como este.
A raiz de estos casos, cada vez son más las voces que claman por un análisis más exhaustivo y habitual de la forma de operar de los hedge funds. Y de momento el regulador ha dejado claro que va a seguir analizando los datos obtenidos para terminar de descubrir qué se esconde bajo la punta de este iceberg de tráfico ilegal de información.
Además, se han reabierto algunos casos cerrados, entre ellos el de Pequot Capital Management, la que un día fue la mayor firma de hedge funds del mundo, que en 2006 fue absuelta del cargo de haber aceptado información privilegiada de un empleado de Microsoft por falta de pruebas.