Empresas y finanzas

Wall Street, aterrado por la oleada de escuchas telefónicas que se avecina

La tensión se masca en el ambiente entre los cientos de hedge funds y los miles de traders que cohabitan en el distrito financiero de la Gran Manzana. El desmantelamiento de la trama orquestada por el multimillonario Raj Rajaratnam, fundador de Galleon Group, quien consiguió beneficios de hasta 20 millones de dólares gracias al uso de información privilegiada, ha puesto de manifiesto una nueva forma de operar de las autoridades federales: las escuchas telefónicas.

Normalmente, el FBI y los servicios de inteligencia suelen usar este tipo de metodologías para casos de gran envergadura como tráfico de drogas y el crimen organizado de alto standing pero, ahora, con la sombra de la crisis todavía acechando y el escarmiento del esquema de Ponzi elaborado por Bernard Madoff, los agentes federales no se andan con chiquitas.

De hecho, muchos de los fondos especulativos se han echado a temblar y ya se hacen cábalas sobre quién será el siguiente. No sólo eso, muchos de los traders comienzan a poner en duda su propia profesionalidad al preguntarse si muchas de las conversaciones mantenidas por teléfono con amigos, clientes y otras personas ?permanecen dentro de la ley?. ?De repente nos preguntamos si cada charla que hemos tenido involucrada con alguna compañía que cotiza en bolsa ha sido correcta y si los agentes federales estarían escuchando?, se pregunta un trader que trabaja para un hedge fund y que prefiere permanecer en el anonimato dadas las circunstancias.

La Comisión de Mercados y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) ha sospechado durante mucho tiempo si los fondos especulativos contrataban empleados provenientes de compañías que cotizaban públicamente con la mera intención de obtener información privilegiada. Sin embargo, hasta la fecha, incluso cuando un trader posee dicho tipo de información es casi imposible poder monitorizarle. La SEC investiga todo tipo de actividad anormal pero en condiciones normales un corredor de bolsa no suele llamar la atención siempre y cuando compre o venda el tipo de activos con los que normalmente comercia.

Hasta ahora, sin empleo de escuchas telefónicas, era casi imposible detener a nadie y acusarle criminalmente de fraude y uso de información privilegiada, especialmente si las partes implicadas no confesaban. Finalmente, sólo se acababan presentando demandas civiles.

Aún así, parece que la historia está a punto de dar un giro radical. Desde el punto de vista legal, la compra-venta de acciones se está transformando en una práctica bastante peligrosa, especialmente después de conocer las medidas empleadas para destapar la trama de Galleon Group. El fundador de este hedge fund, con un valor de casi 3.500 millones de dólares, podría enfrentarse ahora a casi 200 años de cárcel tras los cargos presentados. Muchos se preguntan cómo un hombre que posee una fortuna que podría superar los mil millones de dólares arriesgó su pescuezo por una minucia como 20 millones.

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