
Si durante los últimos años los inversores no encontraban un aliciente para invertir en Europa, gracias a la espectacular subida de las grandes compañías tecnológicas norteamericanas, ahora han cambiado las tornas y lo atractivo se ha vuelto invertir en el Viejo Continente, hasta el punto de que los flujos de dinero hacia los fondos de bolsa europea casi triplican a los de renta variable norteamericana en el año, teniendo en cuenta tanto los fondos activos como a los ETF.
Los primeros logran captaciones netas de 38.260 millones de euros en el año, según datos de Morningstar Direct hasta el 30 de abril, frente a los 13.168 millones de euros de los segundos, lo que ha permitido que el volumen patrimonial de los fondos de bolsa europea se sitúe en 1,2 billones en su conjunto, por encima de los 1,17 billones de los fondos de bolsa norteamericana.
El golpe que recibieron las Siete Magníficas a principios de año tras la irrupción de la firma china Deep Seek como un potencial competidor para la narrativa de la inteligencia artificial norteamericana, unido al catalizador que ha supuesto la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la incertidumbre que rodea todas sus medidas, desde las negociaciones arancelarias hasta las tensiones en la curva de deuda norteamericana y un dólar más débil, han convertido a Europa en un lugar más atractivo para invertir, sobre todo a raíz del cambio de gobierno en Alemania y su interés en impulsar un programa de inversión millonario en infraestructuras y defensa.
No es el único país que está impulsando la seguridad, tras la petición de EEUU de que los países miembros de la OTAN aumenten su gasto al 2% del PIB (que ahora se pretende que sea del 5%), razón por la cual los fondos relacionados con este temática, sobre todo los ETF, han cogido impulso en los últimos meses.
Este mayor apetito de los europeos por sus compañías se comprueba al analizar la evolución de los flujos netos en los últimos años, ya que hay que remontarse a 2015 para encontrar un volumen de entradas de dinero algo superior a los 108.000 millones de euros, en un ejercicio en el que los fondos de bolsa norteamericana sufrían reembolsos netos por valor de 20.420 millones de euros. De hecho, el siguiente año de captaciones fue 2017, cuando atrajeron 53.360 millones y habría que esperar a a 2021 para volver a ver entradas de dinero en los fondos de bolsa europea, aunque de tan solo 14.780 millones.
En esta década larga, por el contrario, los fondos de bolsa norteamericana, aupados por la revalorización de las grandes tecnológicas, lograron cerrar cada ejercicio con captaciones netas. De heho, 2024 fue el mejor año de la última década, al aglutinar casi 115.000 millones de euros.
Los fondos de bolsa global también han atraído la atención de los inversores europeos, hasta el punto de que desde 2015 han captado más de 900.000 millones de euros, muy por encima de los 245.000 ,millones de los fondos de renta variable norteamericana. Por su parte, los fondos de bolsa europea acumulan salidas por valor de 71.000 millones de euros.
A la espera de que se concreten las medidas de Bruselas para incentivar el traspaso del dinero colocado en depósitos hacia productos de inversión, la tracción de la bolsa europea, en un mundo polarizado por la guerra arancelaria, sigue siendo un fuerte polo de atracción de capitales.
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