
Nadie podía esperar más de la Fed. No sólo tuvimos el QE3, sino también un paquete de medidas novedosas y poderosas comparado con los QE1 y el QE2. Bernanke le ha dado al mercado y a muchos inversores lo que esperaban después de su discurso en Jackson Hole.
Significativamente, el nuevo plan de compra de bonos tiene su objetivo abierto, lo que significa que la Fed seguirá comprando bonos a largo plazo (40.000 millones de dólares al mes de titulizaciones hipotecarias más lo que implica la operación twist hasta su vencimiento) hasta que vea una mejora sustancial en el mercado laboral. Este programa se separa claramente de las políticas anteriores que establecían una cantidad de bonos fija para comprar.
¿Cuándo sabrá la Fed que es el momento de dejar de comprar bonos? La frase clave en el comunicado de la Fed es esta: "Si la previsión del mercado laboral no mejora sustancialmente, el Comité continuará sus compras de titulizaciones hipotecarias, llevará a cabo compras adicionales de activos y empleará otras herramientas de política como sea apropiado hasta que se condiga esa mejora en un contexto de estabilidad de precios".
En otras palabras, la Fed no quiere ser rehén de sus propios pronósticos. Lo que tuvimos ayer fue un QE que a priori es ilimitado y con tipos de interés ultrabajos hasta 2015 como mínimo, y pocas pistas sobre una estrategia de salida.
Permítanme destacar dos aspectos cruciales de la nueva política de la Fed:
1. Dénse cuenta de que ningún banco central en el mundo jamás habría ligado la política monetaria con el mercado laboral tan explícitamente. En efecto, esto es MUY radical y nos lleva a un territorio desconocido.
2. Los escépticos pueden decir que el mayor problema de la economía no es la disponibilidad, el precio o la oferta de crédito, sino la demanda del mismo. Por tanto, argumentarán que esta política NO funcionará y, en consecuencia, que no hay un techo para las expectativas de la cantidad de liquidez que será creada por la Fed en el futuro.
Las consecuencias para el mercado son tan enormes que se puede excluir que la Fed haya fijado el marco para los inversores para solo unos meses. Los bonos de EEUU de hasta 10 y 15 años estarán reprimidos independientemente de las expectativas de inflación, que no es una amenaza real ahora pero que lo será si las expectativasempiezan a subir. En tanto, la bolsa de EEUU es la ganadora de este juego pero probablemente por razones perversas, al menos a corto plazo. Luego ya veremos si la economía americana responde al estimulo monetario.
Y mirando al mercado global, recuerde que es fácil para la Fed crear liquidez pero que es imposible controlar dónde va. El dólar probablemente va a ser el perdedor si comparamos el QE de Bernanke con el de Draghi. Y eso significa más presión alcista en las materias primas y las divisas, lo que constreñirá a Europa, Japón y a los países emergentes. ¡Estados Unidos primero! Y olvídense de la cooperación internacional para gestionar la estabilidad de las divisas, lo que nos recuerda a los años treinta con las consecuencias que conocemos todos. El oro está en un escenario ideal, al menos hasta que el mercado detecte un cambio en las intenciones de la Fed.
En resumen, lo que tuvimos ayer es un paso significativo hacia la inflación de activos, lo que hará que los inversores opten por estrategias que les protejan de la inflación. Téngalo en cuenta al invertir su dinero.