Divisas

El objetivo velado de Draghi: llevar al euro hasta la paridad o más allá si fuera necesario

  • Un euro débil es esencial para lograr que los precios vuelvan a crecer
  • La moneda única se llegó a corregir contra el dólar un 1,3% ayer

Draghi consiguió durante el día de ayer lo que la fuerza de los mercados llevaban evitando durante las últimas semanas. Las palabras del banquero italiano sirvieron para que el euro se cayese con fuerza en los mercados de divisas en una sola sesión. El euro se ha erigido como la clave para que la Eurozona y el BCE alcancen sus objetivos; el banco central quiere el 2% de inflación y el área monetaria busca mayor crecimiento económico y reducir el paro.

Un euro débil es esencial para lograr que los precios vuelvan a crecer a tasa saludables ( el 2% según el BCE), ya que las importaciones se vuelven más caras para los ciudadanos de la Eurozona. Por otro lado, la depreciación del euro debería ayudar a que las exportaciones sean más atractivas y sigan siendo uno de los motores de crecimiento y creación de empleo del área monetaria. Tras analizar estas 'ventajas' de un euro débil se entiende por qué Draghi buscó ayer con sus palabras 'despeñar' al euro.

Parar el 'rally' del euro

Como publica Bloomberg, Draghi ha logrado romper la racha alcista del euro, que estaba trastocando los planes del BCE. Y es que la moneda única se ha convertido en un activo refugio ante el temporal que recorre las economías emergentes. La divisa europea había subido más del 4% frente a una cesta de divisas de países desarrollados en el mes de agosto, el mejor comportamiento de todos. Subió frente a la mayoría de monedas importantes, como el dólar, el yen, el franco suizo o la libra. Y además lo está haciendo a pesar de las medidas de estímulo del Banco Central Europeo (BCE), que está expandiendo la cantidad de euros disponibles.

Un dato representativo de esta fortaleza del euro: el 13 de abril, la divisa única se intercambiaba por 1,0568 dólares, mientras que el 24 de agosto (en pleno vendaval chino) llegó a intercambiarse por 1,1620 dólares, los que supuso una apreciación del euro de casi el 10% en 4 meses.

El problema es que aunque este rally fuese una muestra de confianza en el futuro de la moneda única tras la crisis griega, también estaba complicando los esfuerzos de Mario Draghi para reavivar el crecimiento de la inflación, a la vez que podía ser un lastre para que los países de la Eurozona siguiesen la buena tendencia exportadora que está dando al área monetaria uno de los mayores superávits por cuenta corriente de su historia.

Ante esta situación, Mario Draghi decidió sacar su fusil y anunció que que el organismo ampliará el programa de compras de bonos "si fuese necesario". "El programa ofrece una flexibilidad suficiente para ajustarlo tanto en su duración como en su tamaño". Además decidió incrementar el límite del programa de compras de cada emisión desde el 25% al 33%. Todo ello junto a la decisión de mantener los tipos de interés en los mínimos históricos del 0,05% y unas previsiones más pesimistas que las anteriores.

Tras las palabras de Draghi, el euro llegó a caer un 1,3% frente al dólar hasta alcanzar los 1,1087 dólares por euro, un movimiento brusco en un mercado tan líquido y activos como es el de las divisas. El discurso del banquero italiano ha dejado entrever a expertos e inversores que la ampliación del balance del BCE no sólo no ha terminado sino que se extenderá todo lo que sea necesario, unas palabras que crean incertidumbre en los mercados.

Los expertos esperan más de Draghi

Los expertos prevén que el Banco Central Europeo (BCE) amplíe su programa de compra de deuda masiva, previsto hasta septiembre de 2016, un anunció que tal y como estiman los analistas podría realizarse a finales de este año. Así lo creen los economistas de Barclays, que esperan que la duración del citado programa se prorrogará al menos un año más, lo que permitirá más margen para aumentar las compras mensuales de deuda.

Por su parte, el director de Riesgos de Ebury, Enrique Díaz-Álvarez, también considera que las declaraciones del presidente del BCE, Mario Draghi, confirman que el organismo "está firmemente comprometido con su programa expansivo de política monetaria y que este compromiso parece incluir el objetivo de debilitar el euro".

Esto supondría, según Díaz-Álvarez, que "la moneda común retomará su tendencia de depreciación suave respecto a la mayoría de las principales divisas, sobre todo, frente al dólar". El presidente del BCE evidenció ayer que la entidad monetaria está dispuesta a introducir más estímulos monetarios y modificar el programa de compra de deuda, tras bajar notablemente las previsiones de crecimiento e inflación.

El objetivo final es el euro

La política monetaria del BCE tiene como objetivo final que el euro se deprecie todo lo que sea necesario para que la inflación vuelva a su cauce, el crecimiento económico alcance unos niveles saludables y el paro vuelva a los niveles previos a la crisis. No es de extrañar que los expertos en divisas de grandes bancos como BNP Paribas, Citigroup o BofAML apuesten por la paridad con el dólar a corto y medio plazo.

Aunque Draghi sea más sutil que el Banco Popular de China u otros banqueros centrales, el juego del BCE es el mismo, intentar ganar una guerra de divisas en las que todos los países buscan depreciar el valor de sus monedas. Unos bancos lo hacen directamente y con devaluaciones anunciadas hasta un nivel concreto, otros banqueros centrales lo hacen mediante medidas de política monetaria que tienen como objetivo la depreciación dentro de un sistema de tipos de cambio flexibles.

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