Internacional

Berlusconi se perfila como ganador de las próximas generales italianas

  • Il Cavaliere acaba de cumplir 81 años, pero recibirá el apoyo de la derecha
  • El Movimiento 5 Estrellas de Luigi di Maio no tiene aliados suficientes
Silvio Berlusconi, de 81 años, se perfila a retornar al liderazgo de Italia. Foto: Reuters

El centro de gravedad de la política italiana se desplaza otra vez a Arcore. En la ciudad en las afueras de Milán, donde Silvio Berlusconi tiene su cuartel general en una mansión del siglo XVII, ayer el centroderecha transalpino selló el acuerdo que podría devolver el político conservador a la presidencia de Gobierno. Los aliados son los mismos de siempre: la xenófoba Liga Norte y el partido postfascista Fratelli D'Italia (en el pasado conocido como Alianza Nacional), a pesar de que estos partidos renovaron en los últimos años sus lideres.

Este domingo los jóvenes Matteo Salvini (Liga Norte) y Giorgia Meloni (Fratelli d'Italia) - ambos en los 40 años - anunciaron su alianza con el veterano Berlusconi (que acaba de cumplir los 81 años) y con el pequeño partido de centro Quarto Polo.

Mañana se celebrará una segunda cita en la que los partidos seguirán profundizando en las negociaciones para detallar los acuerdos en puntos como las listas de candidatos, los programas y las estrategias electorales. El objetivo del centroderecha transalpino es alcanzar el 40% en las generales del próximo 4 de marzo: de ser así, tal y como prevé la nueva ley electoral, podría hacerse con la mayoría de los escaños en el Congreso de Roma.

El único competidor de Berlusconi es el Movimiento 5 Estrellas (M5S) liderado por Luigi di Maio que sin embargo, no tiene aliados y a pesar de resultar el primer partido no alcanzaría, según los sondeos, los 316 escaños del Congreso necesarios para formar Gobierno. El antiguo primer ministro progresista Matteo Renzi - que en 2014 puso pata arriba la politica transalpina prometiendo una total renovación tras 20 años protagonizados por la figura de Silvio Berlusconi - sigue, en vez, hundiendose en los sondeos.

El golpe a Matteo Renzi

El golpe definitivo a Renzi vino del rescate a la banca, en particular de la quiebra de Banca Etruria, una pequeña entidad que, por las consecuencias políticas de sus problemas, se está convirtiendo en una especie de Bankia a la italiana.

Ante la Comisión de Investigación del Parlamento, requerida por las oposiciones tras el rescate de varias entidades, comparecieron, antes de Navidad, los protagonistas del sector financiero transalpino. Sus declaraciones supusieron un duro golpe para Renzi, ya que, al contrario de lo que el primer ministro afirmó, durante 2014 y 2015 su entonces Gobierno contactó varias veces con los banqueros para encontrar una solución a la crisis de Banca Etruria, pequeño banco cooperativo del que -hasta la intervención a finales de 2015- era vicepresidente el padre de la ministra María Elena Boschi, mano derecha de Renzi. El antiguo consejero delegado de UniCredit, el principal banco internacional transalpino, confirmó haber hablado con Boschi de Etruria, algo que la ministra había denegado: "Con la ministra tuve una reunión cordial, sin presiones. Habló de su preocupación por la economía del territorio".

El interés para la economía de Arezzo, ciudad toscana en la que radica Banca Etruria, es la excusa con la que Boschi y Renzi intentaron influir sobre el rescate del banco, con el fin de evitar durante 2014 una adquisición por parte de otra entidad en apuros, Banca Popolare di Vicenza. Lo confirmó el martes pasado el Gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco: "Renzi me preguntó porque los de Vicenza querían hacerse con los de Arezzo y me expresó su preocupación sobre la industria joyera de la ciudad toscana. Yo pensé que era una broma" declaró Visco, subrayando: "Frente a su petición de hablar de los bancos en apuros yo le dije que hablaba solo con el ministro de Economía, tal y como prevén las normas".

De su parte el ministro de Economía Pier Carlo Padoan confirmó a la Comisión de Investigación: "yo no autoricé a nadie" para que se ocupara de las entidades en crisis. En fin, la ministra Boschi no tenía ningún poder para interesarse por el banco de su padre. Y aún menos autoridad tenia Marco Carrai, empresario amigo y asesor personal de Renzi, que sin embargo, según Ghizzoni, envió un correo para "solicitar una respuesta" de UniCredit sobre el rescate de Banca Etruria.

Para Renzi "el Partido Demócrata sale con la cabeza bien alta" de las audiciones de la Comisión. Según escribió el antiguo primer ministro en una carta al diario La República. "Por lo que concierne Etruria hubo una atención morbosa sobre las agendas, los encuentros, el cotilleo, pero sin llegar a la presión" por parte del Gobierno.

Sin embargo, la opinión pública no parece compartir su visión. El partido liderado por el antiguo primer ministro sigue cayendo en los sondeos. Las últimas encuestas otorgan al PD el 23% de los votos, casi 17 puntos menos con respeto a las elecciones europeas de 2014, con el apogeo del partido y de Renzi (40,8%).

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