
Con la intención de afianzar la cooperación multilateral, sobre todo en materia climática y comercial, se reúne entre este viernes y este sábado el G20. Los líderes de los principales países industrializados y emergentes se ven en Hamburgo (Alemania) en una cita marcada por las tensiones con el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y con las también tensiones en la calle, donde los altercados han dejado varios enfrentamientos entre manifestantes y policías.
"EEUU, en nuestra voluntad de reforzar las relaciones multilaterales en la cumbre del G20, necesitamos una sociedad abierta, en especial abierta a los flujos comerciales", dijo la canciller alemana y anfitriona, Angela Merkel, en una rueda de prensa la víspera de la cumbre y antes de entrevistarse con Trump. En este mismo sentido se ha expresado el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que ha arremetido contra los "muros del proteccionismo" y ha avisado de que la Unión Europea "reaccionará de manera adecuada" si Estados Unidos cumple la amenaza de tomar medidas arancelarias contra las importaciones de acero de países europeos.
La agenda marcada por Alemania prevé discusiones sobre la necesidad de luchar juntos contra la amenaza del terrorismo internacional y sobre el modo de afrontar otros retos como el crecimiento global y el comercio (punto en el que Merkel también ha buscado a Trump); el desarrollo sostenible, el cambio climático y la energía; la sanidad; la calidad del empleo; la digitalización y el papel de la mujer. Sin embargo, la nueva Administración norteamericana se ha alejado de estas posiciones, ha roto con el acuerdo internacional contra el cambio climático de París -que el resto de partes considera "innegociable"- y ha dado un fuerte giro proteccionista que ha tensado las relaciones con muchos de sus socios internacionales.
"Representaré bien a mi país y lucharé por sus intereses. Los medios de desinformación me malinterpretarán, ¡pero a quién le importa!", dijo Trump antes de llegar a Hamburgo. El presidente de EEUU acude a la cita alemana tras una visita a Polonia en donde ha endurecido su discurso hacia Rusia, con cuyo presidente, Vladimir Putin, se verá en el G20 por primera vez desde su elección.
'Bienvenidos al infierno'
Pero de momento la atención se ha centrado más en las protestas que en los círculos políticos. Y es que la primera jornada de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G20 ha arrancado en Hamburgo con tensiones que ya llevan algunas horas en las calles. Desde el miércoles la ciudad de Hamburgo ha sido escenario de numerosas protestas contra la cumbre y contra las políticas de los países que conforman el grupo y la Policía, manifestaciones bajo el lema 'Bienvenidos al infierno' y que han obligado las fuerzas de seguridad a utilizar gases lacrimógenos y cañones de agua.
Además, dichas protestas han dejado ya 45 detenidos y más de 159 agentes heridos en varios enfrentamientos diseminados por toda la ciudad pero concentrados principalmente en lugares cercanos a la sede del encuentro, el Hamburg Messe, y en torno a la ruta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. De hecho, los responsables de seguridad han impedido salir a la calle a Melania Trump, la primera dama de EEUU.
La Policía no ha detallado, sin embargo, cuántos manifestantes han resultado heridos. Lo que sí ha hecho es solicitar refuerzos nacionales para hacer frente a los disturbios. Los 20.000 agentes desplazados son insuficientes, asegura, ante los "muchos delitos cometidos en las últimas horas.
Tras las protestas de este jueves, este viernes cientos de opositores han intentado acceder en torno a las 07:00 de la mañana a la zona de alta seguridad en la que se reúnen los líderes internacionales con el objetivo de bloquear el encuentro multilateral. Durante el camino, varios individuos enmascarados han prendido fuego a varios vehículos que se encontraban aparcados en diferentes zonas de la ciudad y atacaron negocios y una comisaría de Policía situada en el barrio hamburgués de Altona.
También desde esa hora varios centenares de manifestantes se han apostado en la calle Schwanenwik, en el centro de Hamburgo, y un puente cercano a la residencia de Trump. La Policía ha disuelto esta protesta con cañones de agua de los que se protegieron los manifestantes con paraguas de colores y sacando sus chubasqueros
Migración, Turquía y una UE que quiere más voz
Por otro lado, las relaciones con África y la presión migratoria también estarán sobre la mesa y la cumbre podría servir, según fuentes europeas, para tratar los problemas que está teniendo Italia para gestionar la llegada masiva de inmigrantes irregulares por la ruta del Mediterráneo central. En este sentido, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha reclamado al G20 que respalden su propuesta para imponer sanciones a las mafias que trafican con inmigrantes en el Mediterráneo central, al tiempo que ha criticado la "hipocresía" de algunos países -a los que no ha nombrado--que frenan esta iniciativa. La Unión Europea ha llevado a la cumbre una propuesta para imponer prohibición de viaje y congelación de haberes a quienes se enriquecen con el negocio de pasar inmigrantes de manera irregular desde Libia hacia la UE.
Otro de los puntos calientes para Merkel será la presencia del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, con quien la Unión Europea ha tensado las relaciones, pese al interés de mantener las buenas relaciones con este país para controlar el flujo migratorio. Erdogan ha criticado con dureza sobre todo a Alemania por impedir mítines a su favor en suelo alemán y Bruselas ha reiterado tibias llamadas al respeto de las libertades en Turquía tras la intentona golpista de hace casi un año.
La Unión Europea, en cualquier caso, quiere aprovechar la oportunidad de esta cita para "subrayar su muy positiva contribución" al crecimiento global y en cuestiones clave como la lucha contra el cambio climático y la apuesta por el libre comercio, frente al giro proteccionista de otras potencias, según han indicado fuentes europeas.
De hecho, en una carta a los líderes del G20 el pasado miércoles, los presidentes del Consejo europeo, Donald Tusk, y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, destacaron el peso y responsabilidad cada vez mayor de Europa en estos "tiempos convulsos". "Más que nunca, la UE se ha convertido en un punto de referencia mundial para todos aquellos que valoran los principios de la democracia liberal y los Derechos Humanos, el comercio libre y justo y las acciones concretas para hacer frente a los desafíos globales, como el cambio climático, la pobreza, el terrorismo y la inmigración ilegal", resumieron en la carta. El bloque comunitario apuesta por "apoyar un sistema multilateral basado en reglas" que sirva también para "proteger y defender" a los ciudadanos, según lo expuesto por Tusk y Juncker.
España, que participa en el G20 como país invitado permanente, apoya las líneas generales marcadas por la UE y Alemania, y ve "especialmente relevantes" los debates sobre relaciones comerciales y clima, según han informado fuentes de Moncloa. Por ello, España espera que la cumbre permita encontrar algún tipo de "mensaje común" sobre el comercio internacional, ante el consenso mayoritario de los beneficios que reporta.