Internacional

EEUU encarga al exdirector del FBI Robert Mueller que investigue la trama rusa en torno a Trump

  • El Departamento de Justicia de EEUU crea una Fiscalía especial
  • Investigará la presunta injerencia de Rusia en las presidenciales
  • Trump se siente víctima se "la mayor caza de brujas" contra un político
El exdirector del FBI Robert Mueller. Foto: Reuters

El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha creado una Fiscalía especial encargada de investigar la presunta injerencia de Rusia en las elecciones que tuvieron lugar el pasado 8 de noviembre y en las que salió victorioso Donald Trump.

En un comunicado, el vicefiscal general, Rod Rosenstein, ha anunciado la designación del exdirector del FBI Robert Mueller para el cargo de supervisor de la investigación. "En mi capacidad como fiscal general en funciones, he determinado que es de interés público ejercer mi autoridad y designar un consejero especial para asumir la responsabilidad en esta materia", ha señalado en el texto.

"Mi decisión no supone que se haya determinado que se cometió algún delito ni tampoco garantiza que se lleve a cabo un procesamiento", ha explicado Rosenstein, matizando que todavía no se ha determinado nada al respecto. "Lo que sí he determinado es que en base a unas circunstancias únicas, el interés público me exige establecer esta investigación bajo la autoridad de una persona que ejerce un grado de independencia de la cadena normal de mando", ha agregado.

En el comunicado, el fiscal general en funciones ha explicado que en el departamento de Justicia se llevan a cabo cada año "decenas de miles de investigaciones" y ha expresado su "confianza en la independencia e integridad" de los empleados de la Secretaría y en los procedimientos. "Considerando las circunstancias únicas de esta cuestión, no obstante, he considerado necesario que se establezca un consejo especial para que el pueblo estadounidense tenga plena confianza en el resultado", ha añadido.

Por último, ha subrayado que Mueller contará "con los recursos apropiados para llevar a cabo una investigación completa y exhaustiva" y le ha trasladado su confianza en que "seguirá los hechos, aplicará la ley y obtendrá un resultado justo". Mueller ha aceptado dimitir de su cargo, en una empresa privada, para "evitar cualquier tipo de conflicto de interés con los clientes y con los abogados de su firma", ha concluido.

"Una caza de brujas"

Tras conocerse esta decisión, el propio Trump ha reaccionado asegurando que se siente víctimas de la "mayor caza de brujas" contra un político de la historia. "Esta es la mayor caza de brujas contra un político en la historia estadounidense", ha escrito en su cuenta oficial de la red social Twitter. "Con la cantidad de actos ilegales que tuvieron lugar en la campaña de (Hillary) Clinton y en la Administración de (Barack) Obama, nunca hubo un consejo especial", ha destacado. 

La relación entre Trump y el Gobierno de Moscú ha levantado la polémica desde antes incluso de que el republicano llegara a la Casa Blanca. La publicación de los correos electrónicos de miembros del Partido Demócrata en vísperas de las elecciones, entre ellos del entorno de la excandidata Hillary Clinton, han provocado que Washington sospeche de que Rusia interfirió en los comicios para favorecer al actual mandatario.

Desde entonces, los contactos entre el exasesor de Seguridad Nacional Michael Flynn y el embajador de Rusia en Estados Unidos, Sergei Kisliak, que le obligaron a dimitir de su cargo menos de un mes después de asumirlo, o las recientes conversaciones entre Trump y el secretario de Estado ruso, Sergei Lavrov, en las que presuntamente habrían abordado información altamente clasificada han contribuido a que la polémica continúe.

El perfil de Mueller

Asumió la dirección del FBI una semana antes del 11 de septiembre de 2001 y reformó este organismo para evitar su ruptura tras los atentados, ahora, Robert Mueller vuelve como "fiscal especial" para supervisar la investigación de la agencia sobre los nexos entre la campaña de Donald Trump y Rusia.

Nacido hace 72 años en Nueva York, su nombramiento este miércoles como "fiscal especial" ha tranquilizado a la oposición demócrata, que desde hace semanas presionaba al Gobierno para que designase a alguien externo al círculo de Trump para una investigación que ha convertido a Washington en una tormenta permanente.

El expresidente George W. Bush lo nombró en 2001 director del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y Barack Obama prorrogó dos años su jefatura en 2011, al cumplirse su mandato de una década al frente de la principal agencia de seguridad pública del país.

Mueller y James Comey, el director que le sucedió en 2013 al frente del FBI y que Trump destituyó la semana pasada, son cercanos.

Cuando Comey, como fiscal general en funciones de Estados Unidos, se enfrentó en 2004 al entonces presidente Bush por los programas secretos de espionaje Stellar Wind del FBI y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que consideraba inconstitucionales, Mueller se puso de su lado.

Conocido por su exigente gestión, Mueller recibe el crédito de haber salvado al FBI cuando muchos abogaban por crear un nuevo organismo de inteligencia después de que Al Qaeda destruyera las Torres Gemelas de Manhattan y parte del Pentágono, asesinando a casi 3.000 personas y cambiando el mundo para siempre.

Mueller modernizó el FBI, convirtiéndolo en pieza angular de la inteligencia estadounidense de hoy. Su salida de la agencia coincidió en el tiempo con la filtración masiva de Edward Snowden sobre programas de recopilación de datos telefónicos y digitales de la NSA a millones de usuarios dentro y fuera del país, unos programas que según Mueller evitaron al menos una docena de atentados terroristas contra el país.

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