Irán negocia con el Gobierno español la construcción de una nueva refinería en Algeciras, según confirmó ayer en Bruselas el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, apenas un día después de que se levantasen las sanciones contra esta república islámica.
El ministro espera que la refinería sea el primero de muchos acuerdos entre ambos países y añadió que además la inversión se haría con empresas locales.
No obstante, ni el Gobierno, ni Irán, han concretado las empresas españolas que podrían participar en este proyecto, que requeriría una inversión cercana a los 3.000 millones de euros y tanto Repsol como Cepsa han negado tener interés en participar en esta nueva instalación, al considerar además que sobra capacidad de refino en Europa.
El pasado mes de septiembre, los ministros de Industria, José Manuel Soria; de Fomento, Ana Pastor y de Exteriores, José Manuel García Margallo, participaron en una visita a Irán para estudiar los posibles negocios que se abrían tras levantarse las sanciones.
En aquella ocasión, junto a los ministros viajaron varias empresas contratistas del sector petrolero, como Técnicas Reunidas, Tubos Reunidos, Tubacex, Ampo, GTC Inessa e Intecsa. Todas ellas acudían para sondear los posibles negocios en el país tras la retirada de las sanciones, lo que los coloca ahora en un lugar privilegiado ante futuras contrataciones si la refinería llegara finalmente a puerto.
Recuperar mercado
El ministro adjunto de Petróleo de Irán, Abbas Kazemi, dijo en noviembre que comprar o invertir en refinerías en el extranjero sería uno de los objetivos de la política iraní después del fin de las sanciones, para aumentar significativamente su producción de petróleo y lograr recuperar cuota de mercado. De hecho, el pasado lunes el ministro de Petróleo ordenó aumentar la producción hasta 500.000 barriles diarios.
La intención de Irán es impulsar, en un primer lugar, la exportación de petróleo y dejar el gas para una segunda fase. Pese a esta hoja de ruta, la república islámica se comprometió a utilizar las plantas de regasificacion españolas para exportar gas a Europa y de hecho ha puesto ya en venta un 20% del proyecto de planta de licuefacción que tiene en el país y que espera tener finalizada dentro de tres años.
Margallo explicó en Bruselas que toda la industria de la energía iraní tendrá que ser reestructurada después de su vuelta a la economía internacional, y España está bien colocada para ayudar. "Se abren muchas oportunidades para la estabilización de la región y para nuestras empresas buenas oportunidades de negocio", dijo el responsable de Exteriores. Margallo añadió que la refinería iraní se instalará en Algeciras y desveló que había mantenido conversaciones en el mismo sentido con la petrolera rusa Rosnef hasta que tuvo que cancelarse por las sanciones impuestas al país.
La refinaría prevista para Algeciras contaría con una capacidad de alrededor de 200.000 barriles por día, casi igualando la actual mayor refinería Gibraltar-San Roque de España, propiedad de Cepsa.
Plan quinquenal
La misión a Irán, realizada el pasado mes de septiembre, contó con la presencia de 40 empresas y 61 empresarios. La intención de aquel viaje era incrementar los lazos comerciales, aprovechando el plan quinquenal lanzado por la República islámica y que pretende lograr inversiones de 350.000 millones de dólares (unos 313.441 millones de euros) que pagaría gracias a los fondos que el país mantenía embargados en el extranjero.
En aquel viaje, el ministro de Asuntos Exteriores se refirió al negocio petrolero y aseguró que la intención era que se pudiera retomar el nivel de importaciones de crudo anterior al embargo, lo que suponía cerca de 140.000 barriles diarios, el equivalente al 12% del consumo de hidrocarburos. No obstante, las compañías petroleras consideran que deberá pasar tiempo y mejorar la confianza antes de llegar a los volúmenes de tiempos pasados, lo que justifica la decisión iraní de impulsar su presencia en la cadena de valor. De hecho, compañías como Cepsa hicieron incluso cambios en sus refinerías para tratar crudos distintos al iraní, lo que complica ahora la vuelta del petróleo de este país. No obstante, tanto Repsol como Cepsa mantienen contratos firmados e incluso podrían acabar recibiendo una indemnización del país para compensarles por el parón sufrido.
La Comisión Europea, por su parte, pretende reducir la dependencia de suministro de un buen número de países europeos del gas ruso y para ello trabaja también en un acuerdo que abarcará cinco áreas principales: petróleo y gas, renovables, eficiencia energética, mercados de energía e infraestructuras energéticas.
48 países en Teherán en busca de oportunidades
Irán se ha convertido a lo largo de los últimos nueve meses en un centro de negocios al calor del enorme plan de inversiones que prepara el país. Según los datos del Gobierno del país se han recibido 71 delegaciones con 2.640 miembros procedentes de Europa y América; 41 equipos con 702 delegados de Asia y el Pacífico, así como 34 delegados de los países árabes y africanos que comprenden 421 miembros de un total de 48 países.
Alemania fue el país que más visitas a Teherán ha realizado con el envío de 12 delegaciones, seguido de Iraq con 11 equipos. Japón, con ocho, China, con siete, Líbano y Omán cada uno con seis equipos e Italia, Turquía, Serbia y Venezuela, cada uno con cinco delegaciones; Gran Bretaña, Sudáfrica, Kazajstán y la India, cada uno con cuatro delegaciones, Rusia, Holanda, Indonesia, Brasil, Sur Corea, Polonia, Tailandia y la República Checa, cada uno con tres, Pakistán, Suiza, Francia, Hungría, la República de Azerbaiyán y Túnez cada uno con dos y el resto con una visita.