
Abengoa tropieza en México. Tras salir del concurso mercantil el pasado 23 de enero, su filial azteca ha incumplido el segundo pago acordado en el convenio concursal con los acreedores. Abemex solo ha podido hacer frente al 50% del importe a que estaba obligado a desembolsar el pasado 25 de junio como consecuencia del retraso en la reactivación del negocio. De este modo, la compañía tiene que reiniciar el proceso de negociación con sus acreedores financieros y comerciales. De lo contrario, podría volver a entrar en concurso, un extremo que desde la empresa confían esquivar.
Abengoa busca con la renegociación alcanzar un acuerdo que garantice la viabilidad financiera de la compañía y el tratamiento equitativo de sus acreedores. El objetivo es que dicha refinanciación sea sostenible a largo plazo, toda vez que el convenio inicial ha resultado imposible de cumplir para la empresa. En todo caso, la ingeniería andaluza espera que los fondos previstos para el último repago fluyan en los próximos días y así poder satisfacer los importes restantes (el 50%).
Para evaluar las consecuencias, Abemex ha de esperar primero a que cada uno de los tenedores acepte este pago parcial. Si existiera alguna disconformidad, tendrá que negociar la satisfacción de este segundo pago.
La cantidad que Abengoa México debía satisfacer no es pública, aunque apenas representaba el 5% del saldo principal de la deuda más el primer tercio de los intereses del primer periodo (desde que surtió efectos el convenio hasta el 25 de junio). Se trata, por tanto, de un importe modesto, toda vez que la deuda total se aproxima a los 200 millones de euros.
La sentencia judicial del 22 de enero pasado obligó a todos los acreedores de Abengoa México a adherirse al convenio, que no contempla quita alguna sobre la deuda. El plazo para liquidarla arrancó en marzo pasado y hasta diciembre de 2021. Las condiciones, por tanto, son infinitamente mejores que en el caso de Abengoa -la matriz-, cuyos acreedores asumieron un descuento de hasta el 90%. A pesar de ello, algunos acreedores impugnaron la decisión judicial por la que Abemex esquivó la quiebra. Entre todos sobresale Banco Base, que soportaba una deuda de alrededor de 12 millones a través de certificados bursátiles (cebures) y que fue precisamente la que instó el concurso a finales de 2016.
Aunque la juez dio vía libre al convenio en enero pasado, éste había recibido el apoyo mayoritario de los acreedores (más del 95% de la deuda) en junio de 2017. Sin embargo, las distintas impugnaciones que enfrentaba Abemex retrasaron su autorización judicial. Ese periodo de espera explica justamente las dificultades de la compañía para generar el capital procedente de obra nueva que había previsto para hacer frente a los pagos.
El incumplimiento de las obligaciones de Abemex con sus acreedores, en todo caso, no tiene ningún impacto sobre Abengoa ni sobre su proyecto estrella en México, la planta de cogeneración A3T.