
El cava vuelve a crecer en España por primera vez desde el año 2013. De acuerdo con los últimos datos del Consejo Regulador, las ventas aumentaron en el primer semestre de este año un 1,96% a nivel nacional, hasta los 33 millones de botellas, marcando así un punto de inflexión, después de tres años consecutivos con caídas. | Más noticias en la revista digital gratuita elEconomista Alimentación.
El problema de fondo es que supone un crecimiento mucho menor que a nivel internacional, donde el aumento es del 7,49%, hasta los 69 millones de botellas, y que existe un riesgo fuerte de boicot ante la ofensiva independentista de la Generalitat, justo cuando está en juego la campaña de Navidad, según admiten desde las bodegas. Y no solo desde el resto de España, sino también en el interior de Cataluña, debido a la defensa de la unidad del país que están llevando a cabo los grandes productores, ante los planes anunciados por el presidente Carles Puigdemont.
De hecho, el presidente de Freixenet y de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, ha reconocido que ya se están produciendo "reacciones" que perjudican a las ventas del cava y de los demás vinos catalanes, pues se trata -según ha dicho- de "productos emblemáticos". "La gente tiene bastante asumido que la calidad del cava catalán es excelente. Otra cosa es que ha habido reacciones, pero ya las hubo hace 15 años cuando el señor [Josep Lluis] Carod Rovira se dedicó a hacer declaraciones que no tenían ningún sentido. Hubo reacciones y se perjudicaron las ventas del cava y del vino catalán", ha recordado Bonet, refiriéndose a la llamada en 2005 a los catalanes del dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) a no apoyar la candidatura de Madrid para la organización de los Juegos Olímpicos.
Posible boicot
Un posible boicot ahora haría mucho daño, porque el sector está registrando otra vez crecimientos fuertes en su conjunto. En el primer semestre se han alcanzado los 102,1 millones de botellas en total, lo que implica un incremento del 5,63%, especialmente por el tirón de las ventas en la Unión Europea, con 48 millones de botellas, y un crecimiento del 8,38%. Esa amenaza es, precisamente, lo que ha llevado a las grandes compañías como Freixenet o Codorníu a desmarcarse de una forma clara del proceso independentista.
Freixenet, que exporta el 80% de su producción, ha defendido en todo momento la unidad de España y Bonet ha anunciado ya que "propondré el traslado de la sede social fuera de Cataluña en la próxima reunión del consejo de administración", que se celebrará a finales de octubre. Según dice, "la inestabilidad que existe va a perjudicar a la economía, y el perjuicio a la economía es el perjuicio al bienestar de la gente al final". En su opinión, hasta el momento, "las empresas han estado seguras en Cataluña pero, de seguir por esa línea, en el futuro no lo sabemos".
En este mismo sentido, Codorníu ha tomado ya la delantera y ha trasladado su sede desde Cataluña a La Rioja. La bodega de los Raventós, que es la empresa familiar más antigua de Cataluña, ya que nació en 1551, ha emitido en los últimos días varios comunicados en los que deja claro que se considera una compañía "catalana y también española", criticando precisamente que empresas que generan riqueza y empleo tengan que sufrir las consecuencias de esta situación.
En esta misma línea, Codorníu ha lamentado que "se haya vinculado a Codorníu con el independentismo, sin que la empresa tenga nada que ver en este proceso político ni en ningún otro". Según dicen, "lo hemos desmentido por activa y por pasiva".
Productos de valor añadido
Ante el débil crecimiento en España y la amenaza de boicot, el sector está apostando de una forma clara y decidida por las ventas del producto de mayor valor añadido, con los reservas, grandes reservas y cavas de paraje. Así, las ventas premium han subido en España un 25,40% en el primer semestre del año, hasta los 7,9 millones de botellas, muy por encima del crecimiento que se está registrando en los mercados internacionales, tanto en la Unión Europea como en otros países.
En conjunto, el mercado de los cavas de mayor valor ascendió al cierre de los seis primeros meses del año a 12,8 millones de botellas, lo que implica un crecimiento de las ventas del 19,02%.
Entre los grandes riesgos a los que se enfrenta ahora el mercado destaca además el desplome de la hostelería en Cataluña, con una caída de entre el 25% y el 30% en Barcelona, según aseguran desde el Gremi de Restauració de la Ciudad Condal.
"Primero fue el conflicto generado por la ordenanza de terrazas del Ayuntamiento, por el que perdimos un espacio muy significativo; luego el fenómeno de la turismofobia, que también nos hizo daño; luego los atentados en la Rambla el pasado mes de agosto; y ahora, por último, la tensión política, que nos está afectando mucho, y que está provocando ya una caída de las ventas acumulada de entre el 25% y el 30%", explica Roger Pallarols, director general del Gremi de Restauració de la capital catalana, la asociación que defiende los intereses de los hosteleros. Según dice, "vivimos en una situación anárquica y nos enfrentamos a la incertidumbre total".