
La industria de las bebidas refrescantes españolas ha reducido en un 23% el azúcar puesto en el mercado desde 2005 hasta 2014, superando así el objetivo fijado por la patronal europea Unesda en el periodo 2000-2020, que establece una disminución del 22%. En el caso español, de hecho, se ha duplicado ya la reducción de azúcar en el conjunto de Europa, que se sitúa por ahora en el 12%. El impuesto catalán a los refrescos amenaza a las marcas blancas.
Según explican desde la patronal de refrescos Anfabra, esto "posiciona a España como país destacado en el continente en cuánto a reducción de azúcares y calorías", en el marco de la Estrategia Naos promovida por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición del Ministerio de Sanidad. En Anfabra explican que esta estrategia "ha alentado a las empresas a trabajar con las autoridades para adoptar acciones voluntarias con el objetivo común de revertir el incremento de la obesidad".
El compromiso de la industria responde a las nuevas demandas de los consumidores, que se decantan cada vez más por alimentos y bebidas con menos azúcar. Para alcanzar el nuevo objetivo a 2020, que abarca a un mercado de 500 millones de consumidores, el sector se ha comprometido a seguir apostando por la innovación, la diversidad de formatos y por destinar más recursos a la promoción de bebidas con menos contenido en azúcar.
En este mismo sentido, en Anfabra recuerdan que los refrescos representan menos del 3% de las calorías de una dieta media, que la disponibilidad de envases más pequeños de 330 mililitros se han incrementado un 150% desde 2006 y que el 66% de los nuevos productos son bajos en calorías.