Empresas y finanzas

La fuga de depósitos tumbó a Popular y aceleró una operación ya pactada con Santander

  • La solución se pactó la semana pasada para ejecutarla el viernes o sábado
Cajeros de Popular y Santander en Barcelona. Foto: Reuters

La situación de emergencia del Popular, con salidas abultadas de fondos por la intranquilidad de la clientela ante la caída sin tregua de su cotización, ha precipitado su solución: compra por parte de Santander por el precio simbólico de 1 euro. La transacción se pactó el pasado fin de semana y la intención de supervisor y organismo de resolución era ponerla en marcha con su difusión a finales de semana, pero se ha adelantado ante el calibre de la sangría en depósitos y bolsa.

Seguir el plan era correr el riesgo de que su valor en bolsa tendiese a cero, además del temor a la tensión de liquidez. Su capitalización fijó un último valor en poco más de 1.300 millones de euros el martes, mucho menos de la mitad de precio escasos diez días antes. Así funciona el mecanismo que se estrena con Popular.

La situación se precipita después de vivir un viernes negro, con desplomes del 17% en bolsa, que movió, incluso, al presidente del Popular, Emilio Saracho, a dirigir una misiva a los 1.800 directores del banco para pedir su máximo esfuerzo en el intento de tranquilizar a los clientes sobre sus ahorros, algo anómalo en un banquero cuya única intervención pública se remonta a la junta de febrero, donde asumió las riendas de la entidad y que solo se había dirigido en otra circular a la plantilla al poco de llegar.

El viernes se activa la alerta

La maquinaria se pone a máxima revolución ese viernes a múltiples bandas. JP Morgan, el banco de inversión al que encargó una prospección del interés a una operación corporativa, y que había fijado el 10 de junio, el próximo sábado, como la fecha para entregar propuestas de compra firme contacta con las cinco mayores entidades -Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell y Bankia-.

El miedo a que la puja quede desierta y la solución única sea la intervención, hace que JP Morgan, del que procede Saracho, solicite a los bancos la formulación de una oferta aunque sea a precio de 'derribo'.

Las palabras del Gobierno al término del Consejo de Ministros, por boca del ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, con un mensaje de calma sobre la salud del sistema financiero en su globalidad, pero sin entrar a garantizar la solidez particular del Popular caen mal en el parqué y aceleran el desplome, en lugar de calmarlo.

El Gobierno ya solo confiaba en que el Santander formulase una oferta sobre el Popular, después de que los otros cuatro grandes se pusiesen de perfil. La solución de Bankia se sentía arrinconada ante las reticencias de Bruselas a que una entidad nacionalizada se haga cargo de un banco con problemas, y no estaba claro cuándo hubiese podido a empezar a rentabilidad bien el sobreesfuerzo de absorber el Popular. BBVA, al parecer, hizo un amago de reenganche al proceso, frustrado en el último minuto, quedando al final solo el grupo cántabro.

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