
British Airways ha llegado a un acuerdo para poner punto y final a su principal problema financiero: el déficit de su plan de pensiones. La aerolínea británica, que ha valorado el agujero del fondo en 2.800 millones de libras (3.135 millones de euros), 100 millones más que en 2012 por la caída de los intereses, se ha comprometido a aportar al plan 336 millones de euros (300 millones de libras) extra al año para cerrar el agujero en un máximo de 10 años.
Los pagos extra empezarán en 2017 por lo que British Airways y los administradores privados del fondo se han dado hasta 2027 para cubrir el déficit.
Además de las aportaciones fijas, el acuerdo establece un límite de 150 millones de libras (168,3 millones de euros) en los pagos adicionales que la aerolínea desee realizar para acelerar la compensación. Estas aportaciones estarán basadas en la posición de efectivo de la compañía a 31 de marzo.
A su vez, el acuerdo otorga a British Airways "flexibilidad para realizar pagos de dividendos a IAG", tal y como recoge el comunicado publicado por el holding aéreo. El pago de dividendos a su matriz abre la puerta a que esta suba la retribución al accionista.
El pacto con los administradores del New Airways Pensión Scheme (NAPS) y la valoración trienal del déficit del plan de pensiones "refleja la mejora en la posición financiera de British Airways" desde mazo de 2012, explica la compañía.
El déficit del fondo de pensiones es un problema que British Airways lleva años arrastrando. Éste desequilibrio está en el germen de la unión de la aerolínea británica con Iberia, ya que ésta última tenía caja. A lo largo de las negociaciones, el agujero se convirtió en un problema que British resolvió llegando a un acuerdo con los empleados: mantendría la aportación anual de 330 millones de euro a cambio de que estos redujeran su retribución futura y así contener el déficit, que en 2010 alcanzaba los 3.700 millones de libras.