Empresas y finanzas

El salmón remonta el mercado mundial y vuelve a superar el negocio de la gamba

  • Las plagas y la contaminación amenazan un negocio boyante
En salsa, ahumado o modificado genéticamente, el salmón de acuicultura masiva conquista el mercado.

El producto pesquero más popular del planeta ha dejado de ser la gamba, y su lugar como rey del más lo ocupa desde hace tres años un pescado: el salmón. Uno de cada cinco euros del mercado mundial corresponden ya a este producto, mientras que los crustáceos más vendidos apenas representan ahora el 16%, según los datos de la Organización Mundial de la Alimentación de Naciones Unidas (FAO, en sus siglas en inglés) correspondientes a 2015.

Tal como recuerda en Financial Times un representante de la FAO, el samón es uno de los productos pesqueros más versátiles: se puede enlatar, se puede ahumar, y se puede procesar de maneras diferentes, lo que facilita su exportación.

Salmón y gamba (o langostino, pues los datos de la FAO también incluyen a ese otro artrópodo) tienen en común su facilidad para ser producidos en masa en explotaciones de acuicultura que han sido a menudo objeto de críticas no sólo por las condiciones de trabajo -especialmente en el sudeste asiático-, sino por su elevado impacto medioambiental, puesto que la alimentación masiva contribuye al fenómeno conocido como eutrofización.

Está, además, el peligro de las infecciones. Ha sido precisamente una de estas plagas la que ha diezmado la producción asiática desde 2012 y la que ha contribuido a que el salmón sea ahora el producto pesquero más consumido.

Antibióticos y 'Frankenpeces'

Pero ni siquiera esta victoria es definitiva, puesto que las condiciones en las que se crían los salmones reproducen también las condiciones perfectas para la extensión de plagas, al amontonar los individuos unos sobre otros. Eso obliga a los productores a sembrar literalmente el mar con antibióticos, que no sólo afectan a los salmones, sino que entran en la cadena alimentaria marina al completo.

Para colmo, el uso indiscriminado de antibióticos favorece la aparición de resistencias y despierta recelos en las autoridades de seguridad alimentaria como las de Estados Unidos, que el pasado año llegaron a restringir la importación de salmón chileno como consecuencia del abuso de medicamentos en la cría de este pescado.

La noticia de que el salmón es el producto marino más consumido llega sólo una semana después de que científicos británicos confirmasen que las microfibras textiles (esencialmente plástico) forman parte de la dieta de muchos peces, en los que pueden desatar alteraciones que llegan incluso al cambio espontáneo de sexo en los peces.

El pasado mes de noviembre, además, la empresa AquaBounty conseguía además que EEUU autorizase el consumo en humanos de un salmón modificado genéticamente que es capaz de crecer al doble de velocidad que el salmón normal, y que ha sido bautizado como 'Frankenpez' por los más críticos, que advierten de que al  liberar una especie completamente nueva en el ecosistema marino, éste podría alterarse irremediablemente.

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