Economía

Se acabó la fiesta: el turismo crece menos que el PIB en 2018

  • El sector, resentido por la recuperación de los destinos competidores
Una playa de Ibiza.

Se acabó la fiesta de sol y playa. Tras varios años de pulverizar récord tras récord, el sector turístico español, responsable de relanzar la actividad y el empleo durante la crisis y de impulsar la recuperación de la economía en los últimos años, crecerá en 2018 menos que el conjunto del Producto Interior Bruto (PIB) por primera vez en una década.

Iba a pasar tarde o temprano. El boom que se inició en 2011, con las oleadas de turistas que huían de la inestabilidad generada por el estallido de las revueltas de la Primavera árabe en destinos rivales de España en el negocio del buen clima y la costa, tenía fecha de caducidad.

Afortunadamente, después de años cerrados al mundo por las continuas amenazas terroristas y las crisis políticas, destinos como Egipto y Turquía empiezan a lanzar mensajes de seguridad a los turistas extranjeros. El problema es que estos países son nuestros competidores directos y el sector turístico español ya se resiente por el desvío que están efectuando los touroperadores de viajeros internacionales hacia el Mediterráneo Oriental.

Se trata, sobre todo, de británicos y alemanes, nuestro principal mercado emisor. Entre ambos concentran cerca del 38 por ciento de las llegadas de viajeros extranjeros a nuestro país y el trasvase a otros destinos vacacionales, que aportan a las compañías de intermediación altos márgenes de beneficio, ya se refleja en las cifras.

Solo entre marzo y mayo, la llegada de turistas de Alemania a España cayó un 4,7 por ciento, mientras a Turquía subió un 28,3 por ciento; y en el caso de Reino Unido, dejaron de venir un 2,1 por ciento, para ir al país al Norte de Siria el 39,1 por ciento más. En lo que va de año Turquía ha recuperado 2,7 millones de turistas foráneos, firmando un aumento del 29,4 por ciento, y Egipto 1,2 millones, registrando un repunte del 40 por ciento.

Con estos datos sobre la mesa, la Alianza para la Excelencia Turística, Exceltur, ha revisado a la baja el crecimiento de la actividad del sector en España para 2018, hasta el 2,6 por ciento, desde el 3,3 por ciento que auguraba en abril. Esta cifra se sitúa una décima por debajo del desempeño que el consenso de los analistas estiman para el conjunto de la economía española, del 2,7 por ciento anual, y se aleja mucho de las marcas de 2017 y 2016, cuando el PIB turístico creció un 4,5 y un 5 por ciento, respectivamente.

De cumplirse las previsiones, el frenazo será importante, sobre todo para un sector que aporta más del 11 por ciento del PIB y da trabajo a más de 2,5 millones de personas. Desde el lobby turístico hablan de "normalización" y explican que la mayor intensidad de la desaceleración respecto a la esperada se explica por la combinación de factores atípicos que se han sucedido en el segundo trimestre del año: "Adversas condiciones meteorológicas, comparación con un extraordinario segundo trimestre de 2017, celebración del mundial de fútbol -ha pospuesto decisiones de viaje- la Semana Santa en marzo o la inestabilidad política en Cataluña". Si bien sobre este último factor reconocen que la tensión "se ha relajado" respecto al último trimestre del año pasado, Exceltur considera que "sigue afectando, principalmente a los turistas de negocio y de mayor gasto, que visitan Barcelona".

La calidad, en el punto de mira

Precisamente, Cataluña es una de las comunidades autónomas que Exceltur sitúa por debajo de los buenos resultados de 2017 en el segundo trimestre de este año. Madrid, por el contrario, mejora en ingresos, pero apenas un 3,9 por ciento, "afectada por el crecimiento de las viviendas de uso turístico", una modalidad en auge en la capital que está generando importantes tensiones tanto en el sector como en los precios del alquiler de viviendas.

Al respecto, el vicepresidente ejecutivo de la Alianza Turística, José Luis Zoreda, denuncia que la "competencia desleal" creció un 30 por ciento entre abril y junio, en comparación con el mismo periodo del año pasado, e insta al Gobierno a reconducir y coordinar el crecimiento "exponencial, descontrolado e ilegal" de las viviendas turísticas, promoviendo leyes "más clarificadoras y normas "más homogéneas a nivel regional".

No es la única demanda del sector, que una vez ha visto agotarse el boom de los números sitúa el punto de mira en la calidad. Esta misma semana, empresarios y hoteleros de Baleares reclamaron a la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, la puesta en marcha de medidas para acabar con la conocida como turismofobia, los ataques al sector que se incrementan esta temporada alta, como ya ocurrió el año pasado, sobre todo en las zonas con mayor afluencia.

La ministra avanzó "un cambio de orientación en la política económica de turismo" y se comprometió a incrementar las inversiones y a ejecutar un Plan contra la explotación laboral especialmente enfocado a la precariedad que caracteriza el empleo en el sector.

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