
Las turbulencias financieras han llegado a los mercados emergentes, sobre todo para los mercados de deuda y de divisas, que han sufrido fuertes oscilaciones en las últimas jornadas. La fortaleza del dólar, que se ha apreciado casi un 4% contra las grandes divisas desde mediados de abril, está creando un 'tornado' de movimientos de capitales en los mercados que amenazan con arrasar las reservas de divisas de algunos emergentes y su estabilidad financiera.
El mensaje del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed el pasado miércoles dejó entrever que los objetivos del banco central se están cumpliendo, mientras que el paro cayó hasta el 3,9% en EEUU, mínimos desde diciembre del año 2000. Todo ello está dotando de gran fortaleza al dólar y provocando salidas de capitales en países emergentes.
Los inversores están saliendo de los activos de renta fija de estos países y disparando la rentabilidad de la deuda emergente. El bono a un año de Argentina ofrece ya una rentabilidad cercana al 30%. "El fortalecimiento del dólar está incrementando la presión sobre los activos de países emergentes... los activos emergentes son los grandes perdedores, las divisas de casi toda esta región se está depreciando", explican desde BBVA.
La gran amenaza para los emergentes
El Instituto Internacional de Finanzas (IIF) avisa en su último informe sobre los peligros que entraña esta fortaleza del dólar para los mercados emergentes: "La reciente resurrección del dólar ha borrado de un plumazo las ganancias derivadas de las estrategias de carry trade, sobre todo en divisas como la lira turca, el peso argentino, el rublo ruso y el real brasileño, que han presentado grandes pérdidas en las semanas recientes".
El carry trade es el hecho de financiarse o pedir prestado en activos de bajo coste (hasta ahora, por ejemplo, los denominados en dólares) para colocar o invertir esos fondos en instrumentos de mayor rendimiento denominados en otras divisas. Es decir, consiste en aprovechar los diferenciales de interés entre el factor financiación y el factor de inversión. Sin embargo, muchas de estas posiciones se están revirtiendo ante las subidas de tipos (e incremento de la rentabilidad de la deuda) en EEUU, cuyos activos presentan un menor riesgo y cuya rentabilidad está en aumento. Los inversores abandonan los emergentes para meter el dinero en otros lugares.
"Esta nueva fortaleza del dólar, si continúa, podría plantear una amenaza para las divisas de los mercados emergentes... es más, podría trastornar bastante a algunos países", destaca el IIF.
Además, algunos de estos países están intentando contrarrestar estos movimientos vendiendo parte de sus reservas para cubrir la demanda de dólares, unas reservas (que salvo en el caso de China) tienen un tamaño muy limitado si se pretende nadar a contracorriente de los mercados durante un periodo prolongado.
Para contrarrestar este tipo de movimientos sin causar grandes crisis cambiarias "las subidas de tipos serían preferibles, tal y como ha hecho Argentina subiendo los tipos en 300 puntos básicos para defender el peso", destacan desde IIF.
El dólar y la deuda
Por otro lado, las economías emergentes también pueden sufrir un duro golpe a través del fortalecimiento del dólar y este sí puede ser un impacto directo contra el crecimiento económico. Muchas empresas se han financiado en dólares durante la era de bajos tipos en EEUU, cuando esa deuda vence hay que devolverla en esa divisa, por lo que la apreciación del billete verde encarece el coste del endeudamiento para miles de empresas en países emergentes.
Lo que han hecho las empresas de los emergentes durante años ha sido captar financiación en dólares aprovechando los bajos tipos en EEUU y después con esos dólares abrir depósitos en divisa local en los países emergentes, donde los tipos de interés eran mucho más altos y estos productos estaban muy bien remunerados. Sin embargo, ese beneficioso negocio que también forma parte del carry trade se puede volver en contra.
El mayor coste del servicio de la deuda puede lastrar la inversión de dichas firmas que tendrán que dedicar una mayor parte de sus ingresos al pago de estos pasivos, dañando el crecimiento económico de los emergentes.