
El Banco de España mejora en tres décimas su previsión de crecimiento para la economía española en 2017 hasta el 3,1%, respecto a sus proyecciones del pasado mes de abril. El organismo dirigido por Luis María Linde destaca que la competitividad y la reducción del endeudamiento privado "configuran un contexto propicio para la prolongación de la actual fase de crecimiento de la actividad y el empleo". Sin embargo, el supervisor advierte que el PIB podría desacelerarse hasta el 2,5% y el 2,2% en 2018 y 2019, respectivamente.
El Banco de España argumenta que su mejora de las previsiones se debe a la pujanza del gasto de los hogares en bienes y servicios de consumo tras el respiro que ha ofrecido el repunte de la inflación desde principio de año y que los mercados exteriores han experimentado un vigor superior al proyectado anteriormente.
La demanda interna seguirá siendo el motor de crecimiento del PIB "por la persistencia de condiciones financieras favorables y el progresivo desapalancamiento de hogares y empresas, de modo que el endeudamiento de estos agentes constituirá cada vez en menor medida un factor limitativo de su gasto". Además, subraya que la demanda exterior neta siga ejerciendo una contribución positiva al crecimiento.
Las nuevas previsiones del Banco de España incorporan también el mantenimiento de ritmos elevados de creación de empleo, que se irán moderando conforme avance el periodo de proyección. Con todo, la tasa de paro se reducirá al 16,5% a finales de 2017, dos décimas menos que en la estimación anterior, y seguirá cayendo en 2018 (14,7%) y en 2019 (13,2%), siete décimas menos que las previsiones previas en ambos años.
Caída del paro
La institución reconoce que la caída del paro se verá favorecida por el descenso de la población activa que "continuará descendiendo a lo largo del próximo trienio, como consecuencia del impacto del envejecimiento de la población". Junto con la generación, estima que la tasa de paro se sitúe alrededor del 13% a finales de 2019.
Por lo que respecta a los precios de consumo, se espera que la ralentización del IPC observada desde el mes de marzo, relacionada con la evolución del componente energético por la caída del precio del petróleo, se prolongue a lo largo del resto del año. Posteriormente, la inflación repuntaría de forma moderada, reflejando el fortalecimiento cíclico de la actividad. De este modo, tras crecer un 2% en promedio anual en 2017, los precios de consumo avanzarían un 1,3% en 2018 y un 1,6% en 2019.
El Banco de España reduce a la baja los riesgos para la economía española, pero señala algunos factores como el comercio exterior, un eventual aumento del proteccionismo comercial, un hipotético endurecimiento adicional de las condiciones financieras globales y la incertidumbre asociada al proceso de salida del Reino Unido de la UE, que puedan poner en peligro la expansión económica.
En el ámbito interno, apuntan, "subsisten algunas incertidumbres" acerca del curso de las políticas económicas y la mejora de las perspectivas "requiere profundizar en la aplicación de reformas estructurales".
El FMI y OCDE también avalan el crecimiento
El mismo gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ya adelantó que la institución iba a revisar la estimación del PIB por encima del 3% para este ejercicio,en vista del crecimiento económico del primer trimestre y de las buenas expectativas para el segundo.
También el Gobierno planea mejorar el cuadro económico para este y los siguientes ejercicios, según ha anunciado el ministro de Economía, Luis de Guindos. Actualmente, contempla un incremento del PIB para 2017 del 2,7%.
La OCDE también revisó las previsiones al 2,8% en 2017 y al 2,4% en 2018. También lo hizo el FMI que mejoró el alza del PIB al 2,6% este año (desde el 2,3% anterior), mientras que Bruselas estima un crecimiento del 2,8% en 2017, cinco décimas por encima de la previsión anterior.