
Sin sorpresas. El BCE ha decidido mantener los tipos de interés en el mínimo histórico del 0%, mientras que el tipo aplicado a la facilidad de préstamo continuará en el 0,25% y el interés de la facilidad de depósito seguirá en el -0,40%. Además descarta tasas negativas. El organismo también ha dejado intacto su programa de compras de deuda. Sobre la caída de Banco Popular, el BCE ha reconocido un problema de liquidez provocado por un "pánico bancario".
"El Consejo de Gobierno espera que los tipos de interés oficiales del BCE se mantengan en los niveles actuales durante un período prolongado que superará con creces el horizonte de sus compras netas de activos", explica el banco central, que ha eliminado así la opción de situar los tipos de interés "en niveles inferiores" a los actuales si fuera necesario. Lea aquí el comunicado oficial.
Sin embargo, el presidente del BCE, Mario Draghi, ha matizado después que esta decisión de no incluir la referencia a tipos más bajos responde a la "información a nuestra disposición actualmente". En este sentido, ha añadido que si las condiciones empeoraran, algo que no espera en el escenario actual, podrían bajar los tipos.
En cuanto a sus medidas extraordinarias, el Consejo de Gobierno confirma que las compras netas continuarán al actual ritmo de 60.000 millones de euros mensuales hasta el final de diciembre de 2017 o hasta una fecha posterior si fuera necesario y, en todo caso, hasta que observe un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con su objetivo de inflación. En este sentido, las compras netas se llevarán a cabo paralelamente a la reinversión del principal de los valores adquiridos en el marco de este programa que vayan venciendo.
"Si las perspectivas fueran menos favorables, o si las condiciones financieras fueran incompatibles con el progreso del ajuste sostenido de la senda de inflación, el Consejo de Gobierno prevé ampliar el volumen y/o la duración de este programa", añade la entidad.
En rueda de prensa, Draghi ha repetido que la institución está preparada para aumentar el programa de compras de deuda "si es necesario". Además, el banquero italiano ha explicado que nadie en el Consejo de Gobierno ha puesto "objeciones" a las decisiones tomadas.
Revisa al alza el crecimiento y rebaja la inflación
En el plano macro, el BCE ha revisado al alza su pronóstico de crecimiento para la economía de la zona euro entre 2017 y 2019, mientras que ha rebajado sus expectativas de inflación para el mismo periodo, según ha anunciado el presidente de la entidad.
En concreto, las nuevas previsiones de crecimiento del PIB del BCE contemplan una expansión de la zona euro del 1,9% en 2017, frente al 1,8% estimado en marzo, mientras que para 2018 y 2019 espera un crecimiento del 1,8% y del 1,7% respectivamente, cuando hace tres meses las previsiones eran del 1,7% en 2018 y del 1,6% para un año después.
En cuanto a la evolución de los precios, los nuevos pronósticos del BCE apuntan a una subida del 1,5% en 2017, que se relajará al 1,3% un año más tarde y alcanzará el 1,6% en 2019, frente a las previsiones de marzo, que señalaban un alza de precios del 1,7%, del 1,6% y del 1,7% respectivamente.
La tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en mayo en el 1,4%, medio punto porcentual menos que en abril y todavía lejos del objetivo de estabilidad de precios del BCE de una subida ligeramente inferior al 2%.
Preocupación por Popular
Preguntado sobre Banco Popular, Draghi no ha querido hacer declaraciones sobre el mecanismo utilizado por el "principio de separación", ya que es el Mecanismo de Único de Resolución (MUR) el que se encarga de los bancos en problemas.
Vítor Constancio, vicepresidente del BCE, sí que ha explicado que la intervención fue por problemas de liquidez. "Hubo un pánico bancario (bank run, en inglés)", ha asegurado el portugués, que provocó que el banco central determinara que Popular estaba "en quiebra o al borde de la quiebra".
Constancio ha añadido que la decisión de elegir a Santander fue tomada por el MUR y que el BCE "no interfirió" en la decisión. "Legalmente, nuestra competencia solo era determinar si el banco estaba en peligro por problemas de liquidez", ha zanjado el número dos de la institución monetaria.