
El Ejecutivo comunitario está dispuesto a negociar nuevos acuerdos comerciales con Reino Unidos, que rijan la futura relación económica, pero siempre que el Gobierno de Theresa May acepte a liquidar los compromisos financieros con sus socios europeos. La cifra oscila oscila entres 24.500 y 72.800 millones de euros. Bruselas quiere comenzar a hablar en serio después de las elecciones en Alemania.
El bloque europeo endurece su postura según se acerca la fecha en la que Theresa May activará el artículo 50 del Tratado de Lisboa, con el que se abrirá un plazo de dos años para negociar la desvinculación de Reino Unido con la Unión Europea (UE). Bruselas no va a abrir las negaciones para establecer un nuevo acuerdo comercial hasta que Londres no se comprometa a liquidar los compromisos financieros que tienen las Islas con sus socios comunitarios.
La UE, liderada por Alemania, está dispuesta a marcar el ritmo de las negociaciones, pese a que May ya tiene manos libres para iniciar la desconexión, según funcionarios citados por Bloomberg. El Ejecutivo comunitario no se plantea iniciar los contactos en serios hasta que no despeje el panorama político en Alemania. La canciller Ángela Merkel se enfrenta a una renovación de mandato el próximo mes de septiembre.
Primero fue Londres quien optó por la línea dura del Brexit para romper cualquier lazo. La postura de no ofrecer concesiones al bloque comunitario y las insinuaciones de negociar uno a uno con los socios ha cerrado filas en Bruselas y la disposición de mano dura en las negociaciones.
Faltan cifras oficiales
Los funcionarios citados apuntan a cerrar la compensación económica que supuestamente tiene que pagar Londres por el divorcio, antes de asumir las negociaciones para un nuevo acuerdo comercial y político. Aunque no hay cifra oficial, la factura que debería pagar Reino Unidos oscila entres 24.500 y 72.800 millones de euros, según distintas fuentes e informes.
El Gobierno de May ya se ha lanzado a cuestionar la legalidad de la indemnización con un informe pedido a la Cámara de los Lores. Sin embargo, el ministro británico designado para el Brexit admitió esta semana que a ciencia cierta no se sabe cuál puede ser el coste y si tendrá que pagar.
La posición de Bruselas es enrocarse ante la negativa de Reino Unido a pagar con lo que se romperían las negociaciones y Reino Unido se desconectaría de la UE, sin la perspectiva de un nuevo acuerdo. Algo que en principio el Gobierno de May no se sabe si está dispuesto a aceptar.
"La situación posterior al Brexit no puede ser tan rentable y buena para Reino Unido como la situación anterior al Brexit", ha dicho el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, a Bloomberg TV. Bruselas confía en que las exigencias europeas de pasar la factura tendrá respaldo legal en los tribunales internacionales.