Cada vez que el granjero francés Nicolas Menier mira hacia sus blancas y negras vacas lecheras recuerda que pierde dinero por cada una de ellas. Por ello, se vio obligado a enviar a 14 de sus 60 Prim'Holsteins al matadero el año pasado. Lo peor de todo es que no ganó mucho, ya que los precios de la carne también están cayendo. Y los del grano.
El pequeño rincón de Menier en la Bretaña francesa es un microcosmos que representa a la perfección la profunda crisis de la agricultura y ganadería del país galo. Francia está sufriendo la mayor depresión de su sector agrícola y ganadero desde la Segunda Guerra Mundial, y ello podría tener un gran impacto en la elecciones presidenciales de abril.
Menier culpa de sus males a los políticos del establishment, a los partidos tradicionales, diciendo que no han protegido el campo de las caídas de precios y de la fuerte competencia internacional. Planea votar a Marine Le Pen, del Frente Nacional, a quien considera la única candidata que comprende a los agricultores y cuyas amenazas de sacar a Francia de la Unión Europea podrían traerle alivio.
"La izquierda y la derecha han hecho promesas y no las cumplieron", dijo el agricultor de 38 años. Nicolas Menier, la tercera generación en su granja de la localidad de La Trinité-Porhoët apuesta por la ultraderechista. "Veamos con ella", apuesta.
Los agricultores, llave de Gobierno
Los agricultores, el voto rural, podría ser la llave de acceso al Gobierno de Francia, justo en un momento en que Le Pen parece resurgir encabezando las encuestas nacionales. Todo tiene que ver. Lo cierto es que mientras el Frente Nacional avanzaba, una región -Bretaña- y una profesión -los agricultores- se mantuvieron impasibles ante su mensaje antiinmigrantes y anti-Unión Europea. Mientras gozaron de los frutos de las exportaciones bretonas de leche, carne y verduras a toda Europa y más allá, nadie dijo nada.
Ahora, se prevé que Le Pen logre grandes avances en lo que se conoce como "la France profonde" -la Francia profunda-. Granjeros, ganaderos, proveedores, transportistas así como todos los votantes rurales están indignados por la pérdida de servicios públicos y el discurso de Le Pen, en el que culpa a la Unión Europea de todos sus males, les seduce.
Cabe recordar que a pesar de que Francia sigue siendo el mayor receptor de ayuda agropecuaria de la UE, otras políticas del bloque, como las sanciones a Rusia o las reformas al programa de cuotas, han azotado duramente al sector. Además, el mal tiempo no ha ayudado en absoluto.
"Los agricultores tradicionalmente han votado por la derecha del establishment, pero están cada vez más tentados por el Frente Nacional", dijo Jérôme Fourquet, director de la encuestadora Ifop. "Será uno de los contrastes claves de la elección", sentenció.
El 8% de los votantes
Los granjeros en Francia -el mayor productor agropecuario de la UE- representan el 8% de los votantes si se les suma sus familias, explica Fourquet. Si se toma el conjunto del segmento rural este porcentaje sube hasta el 20%. El porcentaje es similar al de Estados Unidos, donde las comunidades rurales fueron uno de los grupos demográficos clave que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca.
Las consecuencias de esta crisis se pueden ver a lo largo y ancho de la localidad donde vive Menier, Trinité-Porhoët, con una población de 5.400 habitantes. Una de las dos escuelas con que contaba el pueblo cerró el año pasado. La oficina de correos, normalmente abarrotada, es ahora un simple escritorio abierto un par de horas al día. Su antiguo edificio alberga actualmente también otros servicios gubernamentales. Y el último estanco acaba de cerrar, por lo que para comprar cigarrillos y billetes de lotería hay que irse a otro pueblo, a casi 6 kilómetros.
La crisis del sector se ensaña con la región de Bretaña, la principal región agropecuaria de Francia, ya que el 40% de los empleos están vinculados con el sector.
A nivel nacional, las encuestas arrojan que Le Pen encabezaría la votación en la primera ronda -el 23 de abril-, pero que perdería en segunda ronda -el 7 de mayo-. Por el momento, la mayoría de los franceses rechazan sus puntos de vista contrarios a la UE.
"Las propuestas del FN son una basura", dijo Thierry Coué, un bretón criador de cerdos en la aldea de Tréal. Coué cuenta con unas 400 cabezas. "No podemos cerrarnos. Exportamos también", argumenta preocupado, aunque añade que "comprende la confusión que sienten muchos granjeros". "Se sienten tan perdidos, que inevitablemente habrá una fractura de los votos", concluye.