
La candidata a la presidencia de Francia, Marine Le Pen, sigue dando pistas de cómo sería su plan económico si consigue llegar al Palacio del Elíseo. A medida que se desarrolla su futuro programa de gobierno, el Banco de Francia gana presencia como herramienta fundamental para llevar a cabo sus planes.
Según publican desde Bloomberg, la intención de Bernard Monot, el principal asesor económico de Le Pen, sería revocar la independencia del Banco de Francia para que estuviera directamente bajo el mando del ministerio de Economía. El objetivo es que el banco central financie parte del gasto público una vez que el país haya abandonado la eurozona.
Bernard Monot se habría reunido con Francois Villeroy, gobernador del Banco de Francia, en septiembre de 2016 para explicarle el plan económico del Frente Nacional, partido liderado por Le Pen. Entre los que destaca, por ejemplo, la salida del euro.
Dentro de ese plan, una de las medidas estrellas sería la creación de dinero para financiar el gasto público del país. Le Pen pretende abolir le Ley de 1973 y los tratados europeos que siguieron a dicha norma que aseguran la independencia del banco central e impide su relación directa con el Tesoro francés.
Así sería el nuevo Banco de Francia
Monot explicó que el banco central sería "autónomo", pero supervisado muy de cerca por el Parlamento, que podría solicitar a la autoridad monetaria que incrementase la oferta monetaria hasta un 5% al año. Este es el nivel de crecimiento monetaria que está implementando el BCE para cumplir con el programa de estímulos, según Monot. Este economista también aseguro que bajo el marco económico del Frente Nacional la inflación crecería en Francia alrededor del 3%.
Una vez que el Banco de Francia estuviese controlado por el Parlamente, se aprobaría un programa de estímulos con el objetivo de financiar unos 100.000 millones de euros. Este dinero iría a parar directamente a las manos del Gobierno galo para cubrir su gasto social y financiar la la estrategia industrial.
Monot reconoce que esta política podría incrementar el coste de financiación del Tesoro francés, pero no "sería una locura", quizá el interés del bono francés a 10 años estaría entre el 2 y el 3%. En la actualidad, el bono a 10 años de Francia tiene un interés del 1,011% en el mercado secundario.
Por otro lado, la deuda pública sería redenominada en la nueva francesa que naciera tras la salida de la eurozona, mientras que el Estado intentaría comprar la deuda pública gala en manos de extranjeros, además Francia cumpliría con todas sus obligaciones, según Monot.