
Los ayuntamientos de Madrid y de Barcelona quieren evitar tener zonas con solo actividad turística, que acabe expulsando a los ciudadanos de sus lugares de residencia hasta convertirse "en un parque temático". Para lograrlo, pedirán formalmente al Gobierno que cambie la Ley de Arrendamiento Urbano (LAU) para que regule el precio del alquiler e impida los incrementos desmesurados que favorecen la expulsión de los vecinos de sus barrios.
Y es que el precio de alquiler subió en 2016 un 16,5% en Barcelona y un 15,6% en Madrid, según un estudio del portal inmobiliario Idealista. "El alquiler ha venido para quedarse", apunta Fernando Encinar, jefe de estudios de la compañía. "La crisis que hemos vivido entre otras consecuencias ha abierto los ojos a muchos sobre la evolución de los precios de venta y la realidad de que también en España pueden caer, y mucho, los precios de las casas", añade.
Según Encinar, este "enorme" aumento de la demanda todavía no va acompañada de un crecimiento similar de la oferta, que se está reduciendo, lo que hace aumentar los precios. "No se trata en ningún caso de una burbuja sino de un aumento notable del interés de los españoles por alquilar en determinadas ciudades", explica.
Luchar contra la gentrificación
La teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo y Movilidad de Barcelona, Janet Sanz, y el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, José Manuel Calvo, han anunciado que estudian cómo hacer llegar al Gobierno esta petición, que será el primer objetivo de un espacio de trabajo para responder al problema de la elitización residencial (gentrificación) y abordar conjuntamente medidas y posibles cambios legislativos para afrontar los retos comunes en urbanismo y vivienda.
Sanz ha asegurado que Barcelona y Madrid tienen como prioridad evitar que sus barrios vayan vaciándose de vecinos, y por ello ven "fundamental que conjuntamente -ha dicho- vayamos al gobierno del Estado con esta exigencia clara de regulación del precio de los alquileres a nivel del Estado", y ha hecho un llamamiento al resto de ciudades a unirse a la petición.
"El mensaje es que Barcelona y Madrid van de la mano para abordar los problemas que tienen hoy en día", ha subrayado Calvo, que ha señalado que ambas coinciden en apostar "por ciudades complejas con mixtura de usos y una calidad de vida homogénea en los barrios, donde no haya segregación de habitantes y zonas con sólo actividad turística que acabe expulsando a los ciudadanos de sus lugares de residencia y convirtiéndolas en un parque temático".
Cómo evitar la masificación
En el marco de Fitur, representantes de Madrid, Barcelona y Sevilla estuvieron debatiendo sobre la gestión turística de las ciudades y cómo evitar la masificación. La regulación de viviendas de alquiler para turismo, la desestacionalización y la imposición de una tasa turística fueron algunas de las claves señaladas para lograr dichos objetivos.
La gestión turística del territorio conlleva "pinchar la burbuja de la no regulación de las viviendas de uso turístico. Esto es un gran problema que hay que atajar, no regular es una forma de regulación; dejar que el problema crezca es tener responsabilidad en él", apuntó Luis Cueto, coordinador general del ayuntamiento de Madrid.
"El segundo problema de los ciudadanos es el turismo, después del paro", recordó Agustí Colom, concejal de empresa y turismo del Ayuntamiento de Barcelona.
Otra de las propuestas realizadas es la implantación de una tasa turística al viajero, como ya ocurre en Barcelona desde 2015, por la que cobra 2,25 euros por persona y noche a quienes se alojan en los hoteles de más categoría, y que disminuye según va bajando el nivel.
Tanto Cueto como Antonio Muñoz, delegado del área de Turismo del ayuntamiento de Sevilla, se han mostrado a favor de esa medida. El dinero sería revertido en promoción turística, señaló el representante del consistorio madrileño, que aseguró que los empresarios están de acuerdo con la medida si lo recaudado se destina a ese fin.
Otros asuntos como la desestacionalización o la descongestión de determinadas áreas de las ciudades son otras de las soluciones planteadas por los expertos.