
El Banco Central Europeo (BCE) no quiere salir de compras en un mercado sin demasiada oferta. La huida del Reino Unido de la Unión Europea ha llevado a los inversores a comprar bonos del Viejo Continente con ahínco, reduciendo de forma importante las rentabilidades de los bonos soberanos europeos, especialmente los de los países más seguros, como Alemania.
Esto amenaza con reducir la cantidad de deuda que el BCE tiene disponible para incluir en su balance: las normas del programa de compras de deuda (QE) establecen que no comprará deuda con rentabilidades por debajo de la tasa de facilidad de depósito, ahora en el -0,4%. Es por ello que, según explican desde Bloomberg, citando fuentes que no han querido identificarse, el BCE está planteándose cambiar la forma en la que elige los bonos que adquiere.
Hasta ahora, la selección ha consistido en comprar en función de la aportación de capital de cada país a la Eurozona, lo que llevaba a incluir más deuda de países del núcleo del continente, como Alemania y Francia, frente a los periféricos. Sin embargo, parece que hay miembros del BCE que han propuesto cambiar el método y orientarlo a comprar más deuda, según cuánta haya emitido cada país (la norma sólo permite comprar hasta un 33% de la deuda disponible de cada emisor).
Víctor Alvargonzález, director de estrategia de Tressis, considera que, de hacerse efectiva, esta decisión "tendría mucha lógica", ya que "es más importante que compre deuda que ofrece un cupón, frente a activos con rentabilidad negativa". Además, el experto también destaca que "indirectamente, esto ayudaría a los países que más puedan necesitar ahorrar ese dinero a la hora de pagar sus deudas, como son España y los países periféricos. Entiendo que el BCE, tras el Brexit, tome la decisión de emprender una actitud mucho más decidida y flexible, sin demasiadas limitaciones en sus actuaciones".
El nuevo apoyo del regulador para los países periféricos también puede ser una ayuda para las bolsas. No hay que olvidar que esta semana Draghi tranquilizó al mercado con su estimación de que el Brexit sólo reducirá en 0,5 puntos el crecimiento económico de la Eurozona.
Una alternativa
Uno de los problemas que está afrontando el BCE con su programa de compra de activos -que en marzo amplió hasta los 80.000 millones mensuales-, es la caída que se está viendo en las rentabilidades del papel más seguro, hasta situarse por debajo del -0,4%. Los bonos alemanes hasta 15 años ofrecen rendimientos negativos, y hasta siete años tienen una rentabilidad menor que el -0,4%, por lo que quedan fuera del alcance de Draghi.
Así, los expertos consideran que la opción de cambiar a un modelo en el que los países periféricos se vean beneficiados tiene sentido. De este modo, la renta fija española reaccionó al final de la sesión con una fuerte caída en su rendimiento, hasta cerrar en el 1,16%, un movimiento similar al registrado por la italiana, cuya rentabilidad cerró en el 1,26%. En total, la cantidad de deuda soberana española que está en el mercado de bonos asciende hasta los 850.000 millones y la de italiana hasta los 2,4 billones, según los datos de Bloomberg.
"Los bancos centrales cada vez tienen menos capacidad para alterar la realidad y hay un problema en concreto con la deuda alemana", explica Alexis Ortega, socio-director de Finagentes Gestión. "Hay dos maneras de solucionarlo, o bajas la tasa de depósito o cambias los criterios", reflexiona el experto. De hecho, el mercado ya da bastantes probabilidades a que se produzca un recorte de la tasa de depósito. En concreto, las posibilidades de que se sitúe en el -0,5% en la reunión de octubre son del 45%, y de que caiga hasta al -0,6%, del 18%.
Otro de los puntos clave que podría impulsar una decisión de este tipo es sostener a ambos países, que son las dos patas más débiles dentro de las grandes economías de la Eurozona. Y es que las dudas sobre la banca del país transalpino no han dejado de crecer junto a los movimientos populistas y el rechazo a la Unión Europea. Aunque la situación española es mejor, el mercado reaccionó virulentamente ante el Brexit y es muy dependiente de unos bancos deprimidos.
"Son dos economías fundamentales y los dos puntos más vulnerables de las grandes economías, por eso cualquier combinación que se pueda hacer en esa línea tiene sentido", reflexionan fuentes de mercado, si bien otras creen que "Alemania no tragaría con una decisión así".
Ya no compra ni el bono a 7 años alemán
Draghi ya no puede comprar deuda germana con vencimiento inferior a los 8 años. La rentabilidad del cupón de los títulos alemanes a 7 años ya han caído por debajo del -0,4%, con lo que se quedan fuera de la posibilidad de entrar dentro de balance del Banco Central Europeo. La deuda germana con vencimiento hasta dentro de 15 años ya cotiza en negativo.
En cuanto a la deuda francesa, los títulos que vencen hasta los 4 años también cotizan por debajo de los límites establecidos por el BCE, y el inversor paga por comprar deuda gala con vencimiento hasta los 5 años. Los dos países son ejemplos de los problemas que puede tener Draghi.