Los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) han dicho al consejo de la institución que los altos niveles de deuda de Grecia y su escaso grado de cumplimiento a la hora de hacer reformas descalifican al país para recibir más fondos, según publica el diario Financial Times. De hecho, los técnicos retrasan la posible entrada hasta después de que haya más reformas y un "alivio" de la deuda.
El staff de la institución presentó ayer al consejo sus conclusiones, que implican que aunque participen en las negociaciones que se están llevando a cabo actualmente, el FMI no podría decidir participar en el programa durante, incluso hasta el año que viene.
El FT ha tenido acceso a un resumen "absolutamente confidencial" de la reunión del consejo de ayer, en el que los técnicos del FMI aseguran que participarán en las conversaciones para asegurarse de que el nuevo programa "es consistente con lo que piensa el fondo". Ahora bien, advierten de que no han podido llegar a un acuerdo a estas alturas, y que el FMI solo podrá decidir si participa o no más adelante, una vez que Grecia "se haya comprometido a un paquete de reformas amplio" y, de manera más crucial, después de que la Eurozona haya acordado "un alivio de la deuda".
El planteamiento del FMI supone de nuevo un choque con Alemania, ya que prioriza el denominado "alivio" de la deuda a la posibilidad de poner más dinero. Ayer, Lagarde volvió a insistir en que el endeudamiento de Grecia es "insostenible" y que requiere una reestructuración significativa, algo a lo que se niegan muchos miembros de la Eurozona, ancabezados por Alemania.
El problema para Wolfgang Schäuble y Angela Merkel es que han dejado muy claro que el tercer rescate no será aprobado por el Bundestag si el FMI no participa y siempre se han negado a reestructurar la deuda. Y el FMI exige primero una reestructuración, o alivio, para entrar. De hecho, según la transcripción filtrada, el representante alemán en el consejo del fondo dijo ayer que Berlín "hubiera preferido que el FMI se moviera en paralelo" a las negociaciones, y sin embargo ahora se enfrenta a la perspectiva de intentar sacar adelante el rescate sin el visto bueno del FMI.
Se complica el rescate
La evaluación de la institución añade un obstáculo más a las negociaciones de un rescate que debe aprobarse antes del 20 de junio, cuando Grecia se enfrenta al próximo gran vencimiento de deuda con el Banco Central Europeo (BCE).
El primer ministro heleno, Alexis Tsipras, tiene que lidiar con una rebelión interna que trata de sofocar. Hoy, en pleno Comité de Syriza, ha retado a sus compañeros a buscar otro líder, y ha dejado caer la posibilidad de un reférendum interno en septiembre sobre su persona.
También hay voces en Grecia, principalmente la del ex ministro Varoufakis y sus seguidores, que no creen en la buena voluntad del fondo y de Alemania, y que sospechan que el rescate se ha diseñado para fracasar.
Además, dentro del propio FMI crecen los opositores a dar más ayuda a Grecia, no solo de la Eurozona, sino desde diversos países asiáticos, Canadá o Brasil. Muchos ven que se puede poner en entredicho la "reputación" del fondo, algo que la propia Lagarde habría admitido en la reunión de ayer.
En este sentido, los técnicos del FMI consideran que Grecia no cumple dos de las cuatro condiciones de los criterios excepcionales del FMI, el marco de la institución que permite acceder a rescates de mayor importe de lo habitual.
Según estos criterios, el receptor de la ayuda debe demostrar que cuenta con la capacidad política e institucional de implementar las reformas económicas y que existe una elevada probabilidad de que la deuda pública sea sostenible en el medio plazo.
A este respecto, los técnicos apuntan que "Grecia quiere decidir sobre algunas reformas importantes únicamente en otoño y los europeos sólo quieren abordar la cuestión de la deuda tras la primera evaluación porque primero quieren restaurar la confianza".