
La economía de EEUU creció un 2,5% anualizado en segundo trimestre, según los datos publicados este jueves por el Departamento de Comercio. Es la última de las tres estimaciones que difunde el organismo y coincide con el dato del 2,5% que se publicó hace un mes, pero supera el 1,7% de la primera estimación.
En cualquier caso, el dato es ligeramente peor de lo que esperaban los analistas de Bloomberg, que habían previsto un avance del 2,6%.
La cifra registrada entre abril y junio 2013 es, sin embargo, muy superior a la experimentada en primer trimestre del año, cuando la economía de EEUU avanzó el 1,8%.
En el segundo trimestre el gasto de los consumidores quedó en línea con lo que se anunció en la anterior estimación. En concreto, el consumo privado registró un avance del 1,8%. El gasto de los consumidores representa en EEUU más de dos tercios del PIB.
Las razones del avance
Además de las contribuciones positivas del gasto personal de los consumidores, el Departamento de Comercio destaca que el incremento del PIB en el segundo trimestre refleja principalmente la contribución positiva de la inversión en inventarios privados y la inversión fija residencial y no residencial.
Estos aspectos positivos se vieron parcialmente compensados por las contribuciones negativas del gasto del Gobierno federal. Asimismo, en el periodo comprendido entre los meses de abril y junio se produjo un incremento de las importaciones.
Eso sí, la aceleración del PIB respecto al trimestre anterior refleja principalmente una recuperación de la inversión fija no residencial y las exportaciones, un menor descenso del gasto del Gobierno federal y un repunte del gasto de los gobiernos locales y estatales. Las exportaciones aumentaron un 8%, en contraste con el descenso del 1,3% del primer trimestre.
¿Una recuperación sostenible?
Aunque el dato queda prácticamente en línea con lo previsto y supera al registrado en el primer trimestre, la recuperación aún no es sostenible a ojos de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Por eso el banco central decidió la semana pasada mantener sus estímulos monetarios por valor de 85.000 millones de dólares, y no empezar a reducirlos como esperaban los expertos.
En concreto, el mercado se había mentalizado de que podría anunciar una reducción en sus compras de bonos, por valor de alrededor de 10.000 millones al mes. Pero no fue así.
La Fed necesita "más evidencias de que la recuperación es sostenible", algo que de momento no ve. No en vano, el organismo recortó el pasado miércoles la previsión de crecimiento de 2013 para la primera economía mundial hasta un rango entre el 2 y el 2,3%, frente al 2,3-2,6% de su anterior estimación de junio.