
Poco a poco se van conociendo nuevos detalles de las propuestas que serán discutidas en la cumbre de la Eurozona prevista para el 28 y 29 de junio. Según se ha avanzado hoy, se abordará de nuevo la idea de emitir deuda de forma conjunta como forma de capear la crisis por la que atraviesa la zona euro. Los conocidos eurobonos, su versión light a corto plazo o el fondo de amortización de deuda estarían sobre la mesa. Así es la hoja de ruta de Europa: la unión bancaria es el primer paso.
Así lo recoge hoy el diario británico Financial Times, que indica que entre las propuestas figuran la de las euroletras, de plazo más corto que los eurobonos formulada recientemente por el presidente francés, François Hollande.
Además, también se incluye el proyecto de creación de un fondo de amortización de deuda cuando supere el 60% del PIB de los Estados miembros, en la línea del que defendió Hollande e impulsaron los llamados sabios alemanes el pasado mes de noviembre. Su puesta en marcha implicaría también una responsabilidad para compartir a nivel europeo la carga de deuda soberana.
"Se han propuesto varias opciones para una emisión parcial de deuda común, como la puesta en común de algunos instrumentos de financiación a corto plazo sobre una base limitada y condicional, o el avance gradual hacia un fondo de redención", señala el documento, al que también ha tenido acceso Reuters.
De esta forma, Bruselas estaría intentando encontrar algún "paso intermedio", como señala el rotativo británico, a los eurobonos que tantas veces ha rechazado el Gobierno germano. Ayer mismo, la canciller Angela Merkel reiteraba su rechazo a esta opción. "Cuando pienso en la cumbre me preocupa que de nuevo nos centremos demasiado en todo tipo de formas de mutualizar la deuda", señaló la mandataria en una conferencia en Berlín.
Eurobonos, a medio plazo
Pero, pese al rechazo de Merkel, no se descarta del todo la emisión de eurobonos, aunque no de forma inmediata. "En una perspectiva a medio plazo, la emisión de deuda común podría ser explorado", indica el documento, al que también ha tenido acceso Reuters.
Estos planes forman parte del informe que se presentará en la Cumbre de la Unión Europea que se celebra los días 28 y 29 de junio con el objetivo de esbozar los planes para una unión bancaria, una unión política y una mayor integración fiscal.
Este último punto, el de la política fiscal común, es considerado por Alemania como una condición imprescindible para estudiar la posibilidad de compartir el peso de la deuda a nivel europeo y también está contenido en el informe. "Los pasos hacia la introducción de unas responsabilidades compartidas podrían contemplarse, siempre que exista un marco robusto para la disciplina presupuestaria y la competitividad, con el fin de evitar riesgos morales y para fomentar la responsabilidad y el cumplimiento", apunta.
Así, el documento admite que "es necesario más trabajo" y todavía no fija ningún calendario ni las fases concretas para alcanzar la unión bancaria y presupuestaria. La cuestión volverá a discutirse en la cumbre de diciembre, con un informe intermedio para el Consejo Europeo de octubre.
Bajo esta mayor integración, la UE se plantea que Bruselas tenga más poderes y actúe como un ministerio de Finanzas para los 17 Estados miembro, según se indicaba ayer. Además, se recoge la creación de una oficina del Tesoro para la moneda única, que se haría en una última fase de unión.
En materia presupuestaria, se reclama como primer paso que el techo de gasto de los presupuestos nacionales y los niveles de deuda se pacten en el Eurogrupo. "La emisión de deuda por encima del nivel acordado tendrá que estar justificada y recibir autorización previa". En una fase posterior, "la eurozona estaría en posición de pedir cambios en las dotaciones presupuestarias (nacionales) si vulneran las reglas presupuestarias".
Las propuestas han sido elaboradas por el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, y el del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker y cuentan con el apoyo de España, Francia e Italia.