Economía

Aniversario del tijeretazo: ¿necesita España un nuevo paquete de recortes?

Los indicadores adelantados de la OCDE empeoran las perspectivas de España. Presionado por el entorno, los mercados y los organismos internacionales, el Gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero tuvo que hacer de tripas corazón, arriar la bandera de política social y anunciar un plan de ajuste que incluía congelar las pensiones y bajar el sueldo a los funcionarios. De esto hace ya un año. Ahora, con el aniversario del tijeretazo a las puertas y en el actual contexto, ¿hay más presión para que Zapatero tome nuevas medidas?. El PSOE asegura que no va a haber más recortes.

Doce meses después, el escenario parece no haber cambiado demasiado. En mayo de 2010, Grecia acababa de ser rescatada por la UE y el FMI y todos los ojos estaban puestos sobre el resto de países periféricos.

Escenarios casi gemelos

Hoy es la resaca del rescate a Portugal la que todavía da dolor de cabeza y los llamados PIGS siguen en el punto de mira. La diferencia es que, una vez que tanto Grecia como Irlanda y Portugal se han refugiado bajo el manto europeo, España es la que concentra la mayor parte de las preocupaciones.

Hace un año también, Portugal anunciaba una serie de medidas de ajuste que de poco le sirvieron. La semana pasada, con el rescate confirmado, anunciaba unas medidas todavía más duras que, entre otras cosas, dejan en la mitad el subsidio de desempleo del país.

España también ha ido ampliando la versión inicial del recortazo con otras acciones complementarias como el aumento de la edad de jubilación o la supresión de algunas deducciones fiscales. Y puede que no termine aquí. La pasada semana, se revelaba que había presentado ante Bruselas una hoja de ruta en la que se plantea una nueva revisión a la baja de la remuneración de los trabajadores de la Administración Pública.

Las medidas que llegaron

Como ahora, hace un año, con el colapso de Grecia todavía humeando, España se convirtió en el foco de atención. El temor al colapso de una de las mayores economías de la zona euro llevó a Bruselas a plantear a la ministra de Economía, Elena Salgado, tal día como hoy, una serie de medidas de ajuste que trasladó a Moncloa.

Tres días después, el jefe del Ejecutivo anunciaba el programa con el que el país cumpliría con las exigencias de sus socios europeos y tranquilizaría a los inversores.

Con el objetivo de reducir en 15.000 millones de euros el gasto entre 2010 y 2011 y de rebajar el déficit al 3% en 2013, Zapatero comunicaba lo que él mismo calificó de "duro pero necesario" ajuste, que incluía un recorte medio del 5% de las retribuciones de los funcionarios en 2010 y su congelación para este ejercicio.

Además, informaba de que este año no se revalorizarían las pensiones y que se eliminaría el "cheque bebé". Las partidas para la inversión pública o el gasto sanitario y la ley de dependencia tampoco se libraron de las tijeras.

Poco después, el secretario de Estado de Economía, Jose Manuel Campa, señalaba que el Gobierno estaba revisando todas sus previsiones para 2010 y 2011, debido al impacto de las medidas para el recorte del déficit. En sus nuevos pronósticos establecieron que reducirían el déficit hasta el 9,3% en 2010, meta que lograron cumplir. El pasado 1 de marzo, Elena Salgado informaba de que España cerró 2010 con un déficit del 9,24%.

Perspectivas para 2011

Para 2011, el Ejecutivo mantiene que el PIB se incrementará el 1,3%, mientras que el déficit público se colocará en el 6%. Para alcanzar estos objetivos, ¿serán necesarias nuevas reformas?

Un año después, son muchas las voces que consideran que el Gobierno fracasará en su intento de meter en cintura las cuentas públicas con las actuales reformas y que va a ser necesario poner otras adicionales en marcha, en especial en lo que a crecimiento se refiere. Bruselas o la OCDE, sin ir más lejos, calculan cifras peores que las oficiales.

Las fuerzas renovadas de la crisis de deuda de la zona euro no ayudan a disipar la desconfianza sobre la capacidad del Gobierno. 

Sin embargo, también los hay algo más optimistas en términos de déficit. Este es el caso del Banco de España o BBVA, que ven posible que se puede reducir el agujero presupuestario al límite estimado por Moncloa sin tener que acometer nuevos ajustes. Esta es también la visión del Gobierno. Según señalaba a finales del año pasado el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, no prevén adelgazar más el gasto y se centrarán en cumplir "estrictamente" su plan.

Estas medidas, que recibieron alabanzas incluso del propio presidente de EEUU, Barack Obama llevan un año funcionando, con una repercusión probada en los bolsillos de los españoles. Ahora, con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, queda por ver si el "gran coste" para Zapatero que hace un año vaticinaba Campa es real, si han sido suficientes para solucionar el problema y si si después de la prueba del 22-M llegarán sorpresas.

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