Economía

El IPC de los alimentos presenta una variación de hasta 31 puntos por CCAA

  • El azúcar ha subido un 3,7% en Canarias mientras ha bajado un 27,5% en el País Vasco
  • La situación de disparidad de precios se repite en todos los productos
  • Menor precio de los alimentos

Una de las "cestas" más importantes y que más sustos ha provocado en los últimos años de IPC elevado, los alimentos, bajó un 0,4% el pasado julio aunque se alzó un 2,7% en tasa interanual. La tasa de julio es la media de todo el país, porque si hay un grupo de productos que presentan una enorme disparidad territorial ese es el de los alimentos. Tanto que se han producido diferencias de hasta 31,5 puntos entre el precio del mismo alimento según se haya vendido en una región o en otra.

Como ejemplo, el azúcar, que el pasado mes creció un 3,7% en Canarias y descendió un 27,5% en el País Vasco. En tasa nacional, el azúcar es el segundo artículo que más ha bajado, un 19,7%.

Los que más se han abaratado son los aceites y grasas, un 35,6% en toda España. No hay que olvidar que el aceite de oliva, que en 2022 se convirtió casi en un artículo de lujo a causa de la sequía, acumula descensos del 50%. El aceite, que se ha desplomado un 35,6 % en 12 meses tras la carrera alcista anterior, lo ha hecho también con notables diferencias territoriales: un 39,3 % menos en Castilla y León frente a un 30,5 % menos en Baleares.

La evolución de los precios alimentarios se ha caracterizado en estos últimos 12 meses por ser dispar completamente. El IPC bajó durante el pasado julio en ocho comunidades autónomas, se mantuvo estable en tres y subió en seis.

Un consumidor de Baleares ha pagado en julio un 5,9% más por las patatas y sus derivados que hace un año y un comprador navarro, un 3,2%, Sin embargo, hasta en diez autonomías se ha reducido, pero igualmente con notables diferencias, desde un 9,2 % en Cantabria al 6 % en la Región de Murcia.

Otro tanto ocurre con la carne de ovino, que ha subido un 11,7 % en España y solo ha bajado en Melilla (10,0 %) y Ceuta (0,3 %). En Galicia se ha encarecido en un año un 19% y un 17,2 % en La Rioja, cuatro veces más que en Canarias (4,4 %) y casi tres veces más que en Murcia (17,2 %). En el caso de los huevos, el precio se ha disparado en todo el territorio nacional, con una media del 18,3 %. Media que se ha superado en Navarra (26,7 %) o Extremadura (26,6 %). En Canarias se ha quedado en el 12,2 %.

Las legumbres y hortalizas frescas son otros alimentos que presentan grandes disparidades interregionales. Entre julio de 2024 y el mismo mes de este año han subido de precio un 8,4 % de media, con un máximo del 13% en la Comunidad Valenciana, pero han bajado un 1% en La Rioja. Las frutas en conserva y frutos secos se han encarecido hasta un 12 % en Cantabria mientras han bajado un 0,9 % en Canarias. La carne de porcino ahora cuesta un 7,9 % más en Cantabria que hace 12 meses y, en cambio, un 3,1 % menos en Murcia.

El café, el cacao y las infusiones, uno de los epígrafes que más han subido, un 16,4 % en el conjunto del Estado, han registrado un alza del 22,1 % en Aragón, casi el doble que en Canarias (12,2 %). Las frutas frescas son otro de los subgrupos que marcan más brecha, entre el incremento del precio interanual en Extremadura (14,9 %) y en Baleares (5,4 %); y otro tanto ha ocurrido con la carne de vacuno, que ha subido un 20,7 % en Extremadura frente a un 11,4% en Cataluña.

El pan es uno de los productos con menos diferencias territoriales en cuanto a su precio muestra también desigualdades evidentes. Se ha encarecido en 12 meses un 3,1 % en La Rioja o un 2,8 % en Baleares. Ha rebajado su coste un 1,9 % en Cantabria, un 1 % en Extremadura y un 0,5 % en País Vasco.

Tanto las organizaciones del sector como las de consumidores advierten que estas disparidades se observan incluso en las mismas cadenas de supermercados y grandes centros en una misma comunidad autónoma o una misma provincia. Ante disparidades así, los sindicatos reclaman subidas de los sueldos que sirvan de compensación, incluso por encima del nivel del IPC general. Una de las explicaciones generales de la carestía en una región determinada es el precio del transporte y logística. También influye el grado de demanda que un producto tenga. Aunque en estas diferencias observadas en julio cuesta explicar algunos casos como el alto precio de las legumbres y hortalizas frescas en la Comunidad Valenciana o el de los huevos en toda España.

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